La Provincia - Diario de Las Palmas

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Piedra lunar

Protección y paisaje

Aunque en nuestras latitudes aún queda por delante un buen tramo de verano meteorológico, los tertulianos llegan a Cairasco y no se resisten a hacer un balance provisional de las calendas estivales. Para empezar, quieren dejar constancia de su emotiva solidaridad con los afectados por el incendio que asoló el siete por ciento de la isla de La Palma. Carmen Fuentes dice que, aunque parezca un tópico, los incendios se apagan en invierno por lo que en ningún momento hay que descuidar la atención al medio ambiente. Y de forma espontánea, Marcial, Lino Torres y Pepe Roque enriquecen la tertulia y confiesan que en las últimas semanas se han dado una vuelta por los paisajes cumbreros de la Isla. Mientras refrescaban sus resecas gargantas en una barra pueblerina, trabaron conversa con unos paisanos que desvelaron algunas preocupaciones en relación con el entorno donde habitan. Y, evocando el desastre de La Palma, concretan que las cunetas de las carreteras de Cueva Corcho a Las Arvejas y la de El Huerto de los Romero a La Degollada del Humo, bordeadas de pinar, están anegadas por derrumbes y maleza que ha brotado en su cauce. Y en la base de los pinos que crecen junto a las vías se amontona la pinocha de una manera ciertamente peligrosa. La inquietud se acrecienta cuando se constata que la pista forestal que va desde Los Moriscos hasta el puente de Las Arvejas tiene en su zona de rodamiento una brecha tan profunda abierta por las lluvias que limita la fácil movilidad de los 4X4 o de los vehículos que, en su caso, hayan de desplazarse ante cualquier emergencia. Copiaron en su cuaderno: "Todo esto lo aplanaba Juan el de la Retamilla con su tractor a finales de la primavera". Uno de los paisanos dice que la entrada a la zona de ocio de La Fuente del Reventón o el acceso a la zona del arruinado Campamento de Tamadaba es imposible para cualquier turismo ante el estado en que se encuentran unos trescientos metros de vía, con piedras sueltas y baches tipo maqueta montaña rusa. Y referidos a este punto, aduce que los propios técnicos de medio ambiente, conocedores de este asunto, se niegan a ordenar su reparación porque al ser Parque Natural no se puede asfaltar, tal y como se llevó a cabo en 1950. Este hecho impide que cualquier ciudadano consiga acercarse a la zona de ocio o a las inmediaciones del Llano de La Mimbre a disfrutar del insólito paisaje que se divisa sobre el norte de la Isla (Agaete, Faneque y el Teide en lontananza), hurtándose con ello la filosofía de democratizar el paisaje. Lo apuntado son limitaciones ante siniestros imprevisibles, a lo que habría que añadir, para ser coherentes, la aclaración desde la oficialidad de la posible intervención de la UME, ya que son siglas que contradicen la no militarización del archipiélago, tal y como, de manera ostensible, se ha expresado desde la gobernanza medioambiental de esta Isla. Una locura insospechada en toda regla.

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