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Opinión

Enfriar el conflicto de la Filarmónica

Los teléfonos móviles que elevan excesivamente su temperatura consumen exceso de batería y terminan operando mal. Hay muchas aplicaciones que ayudan a descender la temperatura, eliminando, básicamente, operaciones y "basura" que sobrecalientan el aparato y le hacen operar con normalidad.

De la misma manera creo que habría que obrar con nuestra Orquesta Filarmónica de Gran Canaria. Hay que bajar la temperatura del conflicto que mantiene.

Porque, antes que nada, entiendo que sus músicos y el Cabildo deben de tratar de preservar de conflictividad uno de los instrumentos más potentes de nuestra cultura que es nuestra Orquesta. Se convirtió en un conjunto envidiable en nuestro panorama musical. Y es una pena que perdamos este patrimonio que tanto trabajo ha costado atesorar? Hace cuatro años le preguntaba en una conversación privada a un director alemán que vino a dirigir a nuestra OFGC que en su opinión cual era el nivel de nuestra formación orquestal. Con sinceridad -por eso mantengo el anonimato de su nombre- me dijo que era una orquesta de nivel "alto" en el contexto europeo que él conocía muy bien. Y a Pedro Halffter le oí decir también con "orgullo" en más de una ocasión que nuestra OFGC era una de las mejores del mundo.

Yo no sé hasta qué punto son conscientes nuestros políticos y nuestros músicos de esta realidad que se puede degradar muy rápido. En la conciencia de que toca buscar la resolución del conflicto laboral para que la temporada de música de 2016-17 se inicie lo mejor posible conviene enfriar pasiones y acercar posturas.

El Cabildo, desde el respeto al derecho de huelga que ha manifestado Antonio Morales -y que mucho le honra- debería reanudar el diálogo. Hablar, hablar y dialogar con la intensidad que merece el problema. Esta debería ser la norma a seguir por ambas partes.

Si la mayoría de los músicos piden que se vaya el gerente de la Orquesta, creo que a estas alturas en que está a punto de agotar su mandato, pues firmó un contrato por tres años, debería bastar la publicación de las bases del concurso de contratación del nuevo gerente (que ya deberían de haberse hecho públicas antes del inicio del verano) para no hacer la selección de un candidato a contra reloj. Esta sería una buena expresión de voluntad de cambio que no humillaría la postura negociadora del Cabildo y que el Comité de Empresa de la Orquesta - si se me permite- con espíritu práctico e inteligente, debería aceptar.

En cuanto al controvertido tema de la contratación de la violinista, pienso como jurista, que a estas alturas de conflictividad laboral mucho tendrán que decir ya los tribunales de justicia. En este punto, creo que en nada favorece a la postura del Comité y a los músicos de la Orquesta manifestaciones en caliente a la prensa y la división entre CC OO y UGT. ¡Quizá lo mejor para la Fundación y los músicos será ponerse en manos de la autoridad laboral y seguir trabajando!

Es verdad que una orquesta "publica" debe sus decisiones al órgano público que la ampara -en este caso la Fundación OFGC- que tiene además origen electivo. Pero también es verdad que debemos seguir respetando la tradicional autonomía de los músicos para elegir a sus mejores compañeros en los procesos selectivos y también a sus directores. Y en las orquestas públicas a participar en dichos procesos de la forma más profesional posible.

Es de admirar la Orquesta Filarmónica de Viena, fundada por Nikolai en 1842 que tiene un proceso de selección de sus músicos muy complicado y riguroso. Procedimiento que alcanza incluso a los instrumentos con los que ejecutan las interpretaciones de selección los nuevos candidatos. No cabe la improvisación en el procedimiento. Por eso es en ellos admirable la interpretación de todo lo que es sinfonismo romántico y la música vienesa de los Strauss. Yo diría que mágico.

Igualmente la Filarmónica de Berlín, fundada en 1882, y que ha contado con las mejores batutas del mundo, ha conseguido atesorar un procedimiento electivo para los nuevos directores único a nivel mundial. Los 124 músicos proponen nombres de candidatos que marcan además la ambición de los músicos de esta orquesta: buscan lo mejor, sabedores de la exigencia que ello va a suponerles. Daniel Baremboin, Gustavo Dudamel y Chiristian Thielemann fue la última terna que luego dió paso al genial ruso Kirill Petrenko.

No es un exceso de ego que el español Joaquín Riquelme, viola en prueba de la Berliner Philharmoniker, dijese hace seis años que se quedó "paralizado" cuando los músicos de la Filarmónica de Berlín "aplaudieron" su audición (cosa que no suele pasar por el nivel de exigencia que se respira en esas pruebas) .

Los casos expuestos de las primeras formaciones de Viena y Berlín quizás son más especiales y curiosos. Además la selección del director artístico no es igual en el resto de las orquestas del mundo. Pero podemos generalizar y decir que en la práctica totalidad de las orquestas sinfónicas todos los músicos participan en los procesos selectivos de sus compañeros con su voto y el director titular y el director artístico también participan con un solo voto. En las orquestas públicas el proceso selectivo tiene similares características. En todo caso el veto, después del periodo de prueba, suele ser el único instrumento de la institución pública al sufragio colectivo de los músicos. De la misma manera que el veto -también muy inusual-suele ser un instrumento en manos de las direcciones de las orquestas ya sean públicas o privadas.

Creo que debería bastar un compromiso escrito entre la Fundación y el Comité de empresa de la Orquesta para sentarse a reescribir y matizar en lo que sea necesario, el acuerdo en su día alcanzado por escrito para las pruebas selectivas de profesores de la orquesta. Sin duda esto sería la garantía de futuro de la calidad del centenar largo de músicos de la OFGC. Pienso que habría que negociar ahora ese compromiso dejándoselo plasmar en el futuro en un documento al nuevo Gerente de la Orquesta y a su Fundación con el Comité de empresa a partir de febrero del año que viene.

Sobre la base del diálogo y compromiso, con esas líneas de fuerza expuestas, creo que por el bien de la Orquesta y los aficionados -que estamos deseosos de volver a los próximos conciertos de temporada-, se debería de obrar con rapidez para evitar aplazamientos de conciertos como el de Morera o reprogramaciones de los previstos de abono para la Temporada 2016-17 de nuestra querida Orquesta.

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