Los estrategas electorales del PP, que los tiene y muy buenos ( entre ellos el mismo don Mariano Rajoy que dirigió más de una campaña exitosa), habían concebido un mecanismo diabólico para conseguir que los plazos que la ley establece condujesen a la celebración de unos nuevos comicios el dia 25 de diciembre, si es que antes no se producía un acuerdo de investidura al tercer intento. El objetivo último, una vez alcanzado un previsible acuerdo con Ciudadanos, era presionar al PSOE para que prestase los votos necesarios para la formación de un gobierno de centro- derecha culpándolo, si no se avenía a ello de la parálisis política del Estado y del absurdo de convertir una fecha familiar y religiosa en el escenario de una batalla electoral. Los cálculos han fallado en parte, porque el PSOE se resiste a aparecer ante la opinión pública, y sobre todo ante sus militantes, como el colaborador necesario de esa operación, y el horizonte de unas nuevas elecciones se hace cada vez más perceptible .Mientras tanto, los círculos financieros, los medios (hasta el New York Times), los llamados estadistas en la reserva ( Felipe González, entre otros) y la Unión Europea presionan en pos de la formación de un gobierno que proporcione tranquilidad a los mercados; es decir, de un gobierno en el que no tengan pito que tocar ni Unión Podemos ni los partidos nacionalistas periféricos. Los cambalaches para lograrlo ya están en marcha y el Rey no llamará a palacio a los lideres políticos para dar mas margen a las negociaciones. En lo que si parece haber una opinión unánime, o casi, es en la necesidad de que esos hipotéticos terceros comicios no se celebren el día de Navidad, a cuyo objeto se hace necesaria una urgente reforma de la Ley Electoral . Y en ese punto surgen las primeras dudas. Hay juristas que opinan que el tramite no tiene mayor dificultad , pero hay otros que opinan justamente lo contrario. Por ejemplo, don Jorge Esteban catedrático de Derecho Constitucional y presidente del Consejo Editorial del periódico El Mundo. Según este señor, es un completo sinsentido que la jornada de reflexión coincida con el tradicional mensaje de Navidad del jefe del Estado, que se introduzcan factores de discordia en el ámbito familiar, y que se obligue a ciudadanos y agentes del orden a realizar ineludibles tareas de servicio público cuando debieran permanecer tranquilamente en su casa. Pero lo que es peor aun, ni la Ley Electoral ni el Reglamento del Congreso de los Diputados permiten que un gobierno en funciones pueda legislar. Desconozco, si don Jorge Esteban, al que no le niego competencia en la materia, tiene o no razón , y tampoco si existe, o no, una vía legal para que las elecciones puedan celebrarse unos días antes de la Navidad. España es, fundamentalmente, un país de abogados y no faltaran quienes encuentren la forma de que salgamos airosos de este enredo. Ahí tenemos, para sacarnos del atasco, al Consejo de Estado, a la abogacía del Estado, a la Dirección General de lo Contencioso, a un pelotón de sapientísimos catedráticos de Derecho Constitucional, y a los mejores bufetes del país. Cualquier cosa antes que permitir que el portal de Belen se convierta en un colegio electoral.
