Nuestro machismo ha explotado y denigrado a las mujeres; ha abusado de ellas. En la vida diaria su misión básica era ser madres, y parir y cuidar muchos hijos. Y en otros terrenos, el profesional, el académico, y muchos más --incluido notablemente el religioso-- la discriminación machista se ha impuesto siempre, y aún continúa.
Pero hay una notable excepción: el alto poder político. Desde lo más remoto de la Historia, con Hatshepsut y la misma Cleopatra en el antiguo Egipto, pasando por varias reinas: Cristina de Suecia, Catalina de Rusia, Isabel de Castilla (¡nada menos!), Isabel de Inglaterra --y Victoria, claro-- (y Catalina de Medicis, ver Alejandro Dumas), y otras más que ahora olvido, muchas mujeres tuvieron acceso al más alto poder político, a veces al poder absoluto.
Llama la atención que el machismo rampante por doquier bajara la testuz frente a princesas, reinas, emperatrices. La cuestión dinástica --ese fetichismo del jus sanguinis, derecho hereditario, "de la sangre"-- puede haber influido más de lo que imaginamos, haber sido más fuerte.
Sí, hubo, y hay, en varios países (España, Francia) "leyes sálicas" secundando el acceso al poder regio de las mujeres al de los varones; pero pese a ello, a lo largo de la Historia unas cuantas accedieron a él y a sus derechos y privilegios, aunque en todos los hogares siguieran siendo esclavas paridoras y tardaran siglos en poder votar (1928, Inglaterra). Pero podían reinar. Y sí, también gobernar.
¿Porqué el macho dominante ha transigido a lo largo de la Historia en algo tan importante como el poder político? No lo sabemos. Al menos yo no lo sé.
De acuerdo que fueron notablemente menos las mujeres con acceso al poder que los hombres; pero haberlas las hubo, y algunas cambiaron la Historia, como Juana de Arco --mujer ¡y de 17 años!-- que con el poder en Francia, hizo coronar al Delfín y rechazó a los Ingleses (Bernard Shaw --¿o fue Oscar Wilde?-- dijo que Inglaterra debería hacerle un monumento a Juana, pues sobrevivió gracias a ella que impidió que los ingleses emigraran a la dulce Francia, abandonando las islas con su horrible clima).
Hoy en día, luego de Indira Ghandi y Benazir Bhutto, (ambas cruelmente asesinadas), Golda Meir y Margaret Thatcher, tenemos muchas mujeres en el poder o luchando fuerte por él: Angela Merkel en Alemania, Theresa May en el Reino Unido, Michelle Bachelet en Chile, Dilma Rousseff en Brasil, Cristina Kirchner en Argentina, Marine Le Pen en Francia, Hillary Clinton en USA. No es ninguna novedad.
La pregunta sigue en pie, y no tengo respuesta. ¿Porqué el machismo ha transigido históricamente con las mujeres en lo más alto del poder político?