La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

'Morgan'

Inteligencia artificiosa

Ser hijo de Ridley Scott y dedicarse al cine es un arma de doble filo. Luke Scott parte con la ventaja evidente de haberse curtido con un excelente maestro que domina el oficio (aunque eso no sea garantía de buenas películas, como nos ha demostrado con demasiada frecuencia) y que, además, apadrina su debut como director allanando un camino que, sin ese apoyo, no sería tan sencillo. Pero, por otro lado, tener un apellido tan conocido y estrenarse además con una mezcla de ciencia-ficción y "thriller" con gotas de terror significa que te van a mirar con lupa y establecer las odiosas comparaciones de siempre. Dicho esto se puede concluir que Luke Scott no sale mal parado de los mandobles de ese arma de doble filo pero habrá que esperar a próximos títulos para decidir si tiene tanto futuro como su prolífico padre o será director de un día. Morgan es una cinta estimable (mejor no recordar la muy superior Ex Machina) que demuestra la buena mano de Scott con la cámara sin que cometa el error de intentar copiar el sello visual de su padre.

Lo malo es que el guión deja bastante que desear, con una primera parte que se toma demasiado tiempo para colocar los cimientos, rozando el tedio en bastantes momentos, sin atreverse a ir más lejos de lo convencional en las relaciones que se establecen entre los seres humanos y la "criatura", y que da un volantazo al final para cambiar de carril e intentar sorprender al espectador con unos brotes de violencia y un desenlace presuntamente sorprendente, aunque no hay que ser muy listo para verlo venir.

De extremada frialdad en su corrección visual y poca capacidad para transmitir emociones (malsanas o no), Morgan desaprovecha un buen plantel de secundarios y se traiciona a sí misma dando un puntapié a su planteamiento inicial de intentar la construcción de una tensión agobiante con unos fuegos de artificio en su segunda parte que la hacen más entretenida, cierto, pero también más banal.

Compartir el artículo

stats