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La que se avecina

Varoufakis verifica

No viene mal escuchar la música de Yanis Varoufakis, economista de izquierdas y exministro estrella de Tsipras en Grecia. No suena mal. Son unas variaciones sin fuga, porque él se opone a ella, a un brexit generalizado que él llama lexit (Varoufakis responde a Vicenç Navarro, Público. 05-09-2016). Frente a la peligrosa crisis -¿diríamos crítica crisis?- actual de la UE, Varoufakis analiza tres opciones.

Primera: intentar mejorar, democratizar, la UE según los cauces preestablecidos. Él rechaza esta opción por estar dichos cauces dispuestos para evitar el cambio: "Supondrán la formalización y legalización de la Unión de la Austeridad Europea en la línea... Plan Schäuble. Esto, a su vez, profundizará la crisis que aflige a los ciudadanos más débiles de Europa..."

Segunda: el mencionado lexit -un abandono general de estados miembros y eventual ruptura de la UE- del cual subraya los riesgos: "Dado que la UE ha establecido el libre movimiento (la libre circulación), el lexit implica... su desmantelamiento y el restablecimiento de los controles fronterizos nacionales con concertinas y guardas armados... En última instancia", dice Varoufakis, "el lexit es hacer el juego a la derecha xenófoba y antieuropea".

Tercera -y la vencida para Varoufakis- es la que propone desde su DiEM25, como ha bautizado a su movimiento paneuropeo. Es una especie de rebelión, de "desobediencia civil", frente a los mandatos antidemocráticos de la UE, asumiendo también la libertad de decir no. Los gobiernos (¿España?) dirían no a los dictados de la Troika. Pero -algo muy importante- siempre dentro de la UE, sin quebrarla.

Este enfrentamiento, este negarse a obedecer a la Troika, por supuesto que provocaría una reacción. La UE inmediatamente amenazaría con expulsar de la Unión a los gobiernos rebeldes: ¡Fuera de la UE! Pero... ¿no era eso lo que querían evitar, que se fueran de la Unión y la rompieran?

Varoufakis no es tonto. Dice: "¡Atreveos! La única cosa que de verdad nos asusta es vuestra única oferta: la perpetuación de la espiral deuda-deflación que lleva a las masas europeas a la desesperanza y las sitúa bajo el hechizo de la intolerancia".

Veremos dónde llega Varoufakis con su DiEM 25 (Movimiento por Democracia en Europa para 2025); a quiénes convence. Para empezar podría haber elegido un nombre mejor. Su colega francés Emmanuel Macron, renunciante ministro de Economía de Hollande que también lanza su nuevo movimiento, lo llama En Marche! ¡En Marcha! con signo de admiración incluido. Como nombre suena y luce mejor que DiEM 25.

Crisis crítica

Otra ventaja de las terceras elecciones es el factor tiempo. De aquí a Navidad hay unos 100 días. A la velocidad con que las cosas cambian en el escenario político global (el brexit, Trump, la enfermedad de Hillary Clinton), mucho puede ocurrir en esos 100 días que nos pueda hacer ver nuestro -apresurado y forzado- voto de hoy como erróneo, obsoleto, inútil. Para fin de año, nosotros, el pueblo, tendremos un panorama mucho más claro, no sólo de la política interna española, sino también de la situación económico-política europea y mundial.

La UE está en una crisis crítica -existencial por definición- .Y no sabemos si para diciembre la Unión Europea existirá como tal o habrá comenzado ya su desunión-defunción. No lo sabemos, como tantas cosas. Sabemos poco, pero para diciembre, pase lo que pase, sabremos más, mucho más. Y podremos votar mejor.

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