La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha iniciado una espiral de efervescencia electoral tras dar la salida a los candidatos a rector. Ya transcienden datos de aquí y de allá, como para dejar tieso a más de uno: sueldos desconocidos, subcontratas con riesgos de futuro, docentes que desaparecen; y un porvenir de docentes que se jubilarán en un plazo corto que pueden dejar al alma mater canariensis con problemas de capital (humano).