La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

Generación panga

No sé si habrá servido para algo la advertencia del experto Lluis Serra sobre los riesgos que conlleva incluir la panga en el menú escolar. El admirado Tony Judt escribió sobre las sutilezas del empobrecimiento, de su introducción sigilosa en el tejido socioeconómico, sin apenas notarlo, y sobre su aparición cuando menos lo esperamos: que se empiece a hablar de una generación alimentada por esta especie de pescado oriental, el más barato del mercado, demuestra la larga mano de los recortes y la necesidad desgraciada de ahorrar en algo tan vital como la alimentación. Es verdad que el deterioro del nivel adquisitivo a veces es invisible, pero la denuncia del catedrático Serra en la apertura del curso universitario demuestra que los rigores de la sostenibilidad se ceban con los más débiles. La existencia subvencionada del menú no contradice el mecanismo asistencial, imprescindible para familias que de otra manera no podrían cubrir las necesidades de sus hogares. El conocimiento responsable de que ello debe ser así ha estado claro hasta ahora en las Islas, donde los comedores se activan también en verano para que los escolares no pasen hambre. Otra cuestión es saber si los miles de alumnos atendidos viven, dada la panga servida, una austeridad que les lleva a soñar con solomillos o con un aparente pedazo de cherne. Por ello, la conciencia frente a la demanda debe ser en doble dirección: hay que buscar con los expertos la mejor relación precio calidad, y no acudir a pescados que son observados con lupa por las autoridades sanitarias por venir de ríos de dudoso equilibrio medioambiental. El empobrecimiento de los servicios públicos, como ocurre ya con la Sanidad canaria, colapsa las listas de espera, rebaja la calidad de determinadas prendas de cama o baño en los hospitales, afecta a los esparadrapos... Pero aquí resulta más duro: hablamos de niños y comida, y no se merecen ser la generación panga porque a unos les da igual chicha que limonada.

Compartir el artículo

stats