Sin necesidad de profundizar en la historia de la investigación histórica en Canarias podemos señalar que durante los siglos XX-XXI tres ejes aglutinan su desarrollo. En primer lugar las Universidades. En su segundo lugar las publicaciones científicas de los historiadores que consagran su labor a realizar el discurso de la historia de Canarias. Finalmente los foros de debate en los que se avanzan los resultados de la investigación y en los que tienen lugar el encuentro entre historiadores seniors y jóvenes investigadores.

Como es sabido la llegada de Serra Rafols a la Universidad de la Laguna será el precedente inmediato del quehacer histórico actual. El impulso definitivo se producirá durante los años finales de la década de los sesenta del siglo pasado con la creación de la sección de Historia en la Universidad de La Laguna (octubre de 1966). Más de dos décadas después, durante la Transición Democrática surgirá la Universidad de Las Palmas, que albergará en su seno un Departamento de Historia que propiciará, junto al de La Laguna, un incremento en la producción de tesis doctorales. Desde ese momento el interés por la Historia de Canarias aumentará notablemente y su historia será tenida en cuenta en los foros y en las publicaciones internacionales.

Nos referíamos en segundo lugar a las publicaciones. En este caso debemos referirnos en estos últimos cincuenta años a una auténtica eclosión de publicaciones sobre nuestra historia. Desde el momento en que se pusieron en marcha iniciativas, como la edición actualizada de la Historia General de las Islas Canarias de Millares Torres desde Las Palmas, o la de las Noticias de la Historia de Canarias de Viera y Clavijo, desde Tenerife, las publicaciones han ido aumentando en calidad en todos los campos y la publicación de monografías ha sido constante. En esta labor ha ocupado un papel fundamental el Cabildo de Gran Canaria, sin duda la editorial más importante del Archipiélago. Pues bien, en el campo de las publicaciones periódicas, el Anuario de Estudios Atlánticos, ahora en versión digital, desde mediados de los cincuenta es el referente principal de la producción científica.

El tercer eje al que aludíamos al principio lo constituyen los Coloquios de Historia Canario-Americana que con el patrocinio igualmente del Cabildo de nuestra Isla se han convertido en uno de los lugares de encuentro más antiguos de nuestro país para debatir sobre cuestiones de historia. La nómina de historiadores que han pasado por la Casa de Colón, a través de sus sucesivas ediciones así lo avala. En la actualidad El Coloquio se ha adaptado a las nuevas exigencias y ha iniciado un proceso de modernización dirigido a mantenerse como centro en el que se debatan cuestiones de interés en un mundo cada vez más globalizado y necesitado de reflexiones de larga duración.

En esta edición que se avecina, junto a mi colega de la Universidad de La Laguna, la profesora Ana Viña Brito, nos corresponde introducir una nueva sección del Coloquio que esperamos sirva para acercar a esta plataforma a los jóvenes investigadores. Nos referimos a la mesa que hemos titulado Tesis doctorales en curso. En el Coloquio que vamos a celebrar en octubre un nutrido grupo de doctorandos, la mayoría perteneciente al Programa de Doctorado de la ULPGC, ULL y de las universidades portuguesas de Azores y Madeira "Islas Atlánticas", presenta un avance de su tesis doctoral. Es una oportunidad de poder valorar el nivel científico alcanzado por nuestras universidades y de mantener vivo el interés por el conocimiento de nuestro pasado desde la perspectiva actual.

Catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la ULPGC y Coordinador del Programa de Doctorado Islas Atlánticas