Hay quienes opinan que Carlos Alonso, además de sentirse más cómodo con el PP que un exiliado sueco en Ikea, detesta al PSOE con todas sus fuerzas, pero creo que están equivocados. Alonso no se pasa las horas, entre informe y maqueta, despotricando contra el PSOE: simplemente alguien le preguntó hace tiempo su opinión sobre los socialistas y todavía no ha terminado de darla. Me dicen que el presidente del Cabildo de Tenerife llega a su despacho a primerísimo hora y cuando su secretaria asoma por la puerta Alonso se reactiva, recuerda la pregunta sobre su análisis político, estratégico, intelectual y moral de los socialistas tinerfeños y continúa respondiendo automáticamente:

- Agrios, agrestes, atípicos, azuzados, acabados, amortizados, anómalos, atiplados, ánades, alicortos, alfeñiques, alcornoques, abrazafarolas?

Lo mismo ocurre a media mañana con ocasión del café con leche y la pulguita de tomate y queso blanco con un chorrito de aceite de oliva extra. Carlos Alonso no tiene ningún interés especial, en absoluto, en perturbar las relaciones entre Coalición Canaria y los socialistas, pero es que alguien menciona en la cafetería las siglas del socio de gobierno, o quizás ha divisado entre los croasáns las orejas decididamente más peludas que socialdemócratas de Aurelio Abreu, y el presidente recuerda de inmediato su inacabada definición, y como hombre preciso y cumplidor se la facilita a quienes los rodean, y uno no puede impedir siempre que entre quienes te rodean no figure un periodista:

- Babosos, bebecharcos, berzotas, brasas, bocachanclas, bolos, calzamonas, cantamañanas, caracartón, cenizos, ceporros, culopollos, chiquilicuatres?

Después de una mañana intensísima de reuniones, lectura y estudio de informes, visitas previstas e imprevistas, tres entrevistas radiofónicas y dos inauguraciones un almuerzo ligero no impide una breve somnolencia en el que no cabe descartar que Alonso, en una duermevela siempre cargada de preocupaciones, murmure inevitablemente:

- Dondiegos, donnadie, energúmenos, escalimosos, estultos, fantoches, fariseos, ganapanes, gaznápiros, gurriatos, lechuguinos, lumbreras, majaderos, malasangres, malasombras, mamporreros, mamelucos?

Y las noches no son menos agotadoras y en cualquier inocente cóctel el sentido del deber semántico se puede encender inmediatamente:

- Necios, narcisistas, neurasténicos, neuróticos, necrófilos, sensibleros, saboteadores, soberbios, sensacionalistas, perezosos, insidiosos, sacrismoches, salaces, sicofantes, sinuosos, sibaritas, sosos, sinsustancias?

Carlos Alonso no sufre ninguna fobia antisocialista. Simplemente sus ocupaciones y deberes en el altar del sacrificio por Tenerife no le dejan terminar una puñetera frase.