Hay que ver cómo las eléctricas nos tomaron el pelo. Pasaron de las campañas para el ahorro en el consumo y de las subvenciones para que todo quisqui instalara paneles solares a cobrarnos una tasa fija aunque no consumas nada, y a los incautos que compraron los paneles solares, ahora les cobran más de los que no los tienen. Nos timaron, Gregorio.
Nos metieron en un encerrona y ahora pagamos incluso bajando la palanca y cerrando el piso.
Y si nos cobran tropecientas veces más por la luz de casa, no te digo ya lo que tienen que pagar los locales comerciales con una tienda o un restaurante, esos gastan más de luz que de alquiler. Es el indescifrable recibo de la luz, que mal rayo lo parta.
Tendría que volver un justiciero de la Edad Media como el Capitán Trueno, que se recorría el mundo defendiendo a los oprimidos. Él sí que podría "deslumbrar a estos iluminados".
Se sabe que el Capitán Trueno era tan deslumbrante porque tomaron como modelo al apuesto actor americano Rock Hudson, según decía su creador, Víctor Mora, que falleció hace un par de meses. Una pena que el fulgor varonil de aquel actor se apagara cuando confesó al final de su carrera que siempre había sido gay.
Ya ves, Gregorio, en pocas líneas hemos hablado de cosas tan dispares como el recibo de la luz, el Capitán Trueno y el mundo gay. Pero las tres cosas tienen algo que ver, si piensas que el trueno es el estruendo que produce la descarga eléctrica del rayo, que te chamusca casi tanto como el recibo de la luz. Y para no dejar ningún cable suelto, ya ves como las eléctricas siempre acaban por enchufártela...
A propósito de Víctor Mora y su inolvidable Capitán Trueno, parece increíble que aquel cómic del famoso caballero con sus amigos Goliath, Crispín y su novia Sigrid, llegara a mantener una tirada de 350.000 ejemplares semanales en 1968.
Decía Mora en el programa Informe Semanal de TVE, que el Capitán Trueno era lo que sería hoy el defensor de los derechos humanos. Lo cierto es que Víctor Mora no se limitó a escribir un guión comercial con personajes maniqueos de buenos y malos, sino de héroes solidarios con argumentos comprometidos, para lo que el autor se apoyó frecuentemente en principios científicos.
No sé, Gregorio, quién podría personificar hoy al Capitán Trueno, pero seguro que no sería ninguno de nuestros representantes públicos. Más bien vendrían a ser como Sir Black, el villano que puso en jaque al Capitán Trueno que, ahora que lo pienso, podría ser uno de los responsables de las tarjetas Black...
Y es que en nuestro escenario público no hay buenos y malos, sino malos y malísimos, Gregorio. Dime tú si no es una maldad desenterrar ahora aquellas tarjetitas negras para sentar en el banquillo a 65 ilustres ex consejeros y ex directivos de bancos por gastarse doce millones en cenas y chucherías sin importancia. Yo creo que si No es No, como decía el PSOE, Black is Black como decían Los Bravos.... y que siga la música.
Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.
