La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

En voz alta

Que toda la vida es sueño... digital

Una vez muerto Steve Jobs, la batuta de ese tipo de innovación que cambia una era está en manos de Elon Musk, el dueño de los coches eléctricos Tesla, el que planea colonizar Marte llevándonos en sus cohetes Space X, el que está proyectando el hyperloop (un tren ultrarrápido entre San Francisco y Los Ángeles)... Lo dice Ken Segall, director creativo de Apple durante doce años, el creador de la campaña Think different (Piensa diferente). Segal -el hombre que colocó la i al iPhone, al iPad y al resto de productos Apple- sostiene que lo que ahora necesita la compañía de la manzana es un empresario con la visión y la liquidez económica de Musk. Otro líder carismático que no se limite a sacar al mercado versiones mejoradas de tecnologías actuales, sino que proponga saltos hacia adelante. Por ejemplo, "un teléfono hecho con metal líquido", sugiere Segall. "Algo tan alucinante que todo el mundo lo quiera", añade. Piensa diferente. Elon Musk lo hace de manera radical. Tanto que, entre sus ideas (¿locas?), está que la realidad que todos los humanos vivimos es una simulación por ordenador. En junio pasado declaró: "Hay una probabilidad entre un millón de que estemos viviendo sobre bases reales". ¿Estaremos metidos en Matrix, como sospecha Musk? El diario británico The Guardian ha hecho esa pregunta a un puñado de científicos. Risa Randall, física teórica de Harvard, una de las estrellas internacionales de la divulgación, rechaza de plano esta posibilidad. "No hay evidencias", sentencia. Pero hay otros que sí se acercan a los postulados de Musk. Es el caso de Rich Terrile, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, quien extrapola la evolución tecnológica actual para llegar a esta conclusión: "Hace 40 años tuvimos el Pong, un juego con dos rectángulos y un punto. Ahora tenemos simulaciones muy realistas con millones de personas jugando al mismo tiempo. Si asumimos esa tasa de mejora de la tecnología, los juegos llegarán a ser indistinguibles de la realidad y pronto no habrá ningún obstáculo para hacer que las máquinas tengan conciencia propia". A este ritmo, añade Terrile, muy pronto seremos una sociedad con más gente viviendo en entornos simulados que en la "realidad real". Este experto de la NASA equipara esta forma de pensar diferente sobre la realidad a cuando Copérnico afirmó que la Tierra no era el centro del Universo. Cree que la posibilidad de que seamos una simulación "es una explicación más simple que la idea de que somos la primera y única criatura que se ha levantado del fango primordial y ha evolucionado hasta la inteligencia y la conciencia de sí misma". Cuando se le pregunta a este científico quien habría creado entonces esa simulación, responde: "Nuestros seres futuros". Es la tesis que desató todas estas sospechas -por otra parte centenarias: que la vida es sueño es un largo debate- , que renacieron en 2003 cuando Nick Bostrom, de la Universidad de Oxford, publicó su teoría de que una civilización "posthumana" que en el futuro tendría tanta potencia de cálculo que podría ejecutar simulaciones de sus antepasados. En la rama de los escépticos está Max Tegmark, profesor de física en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), quien opta por la ironía: "Supongamos que alguien está simulando nuestro universo... Pues sería muy tentador suprimir las esquinas del mundo para que la simulación funcionase mejor y fuera más económica".

Compartir el artículo

stats