Cuando se han cumplido 50 años del término del Pontificado del obispo Antonio María Pildain Zapiain, que lo fue durante 30 años en la Diócesis de Canarias, y después de la celebración este año de las XVI Jornadas de Historia de la Iglesia en Canarias, en el Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias (Istic), con el tema de 'Religiosidad Popular en Canarias' y con un seminario específico dedicado al obispo, de este seminario se ha conseguido que afloren sentimientos de agradecimiento y reconocimiento para la obra de monseñor Pildain, que a día de hoy mantienen muchos grancanarios.
Por esta razón, estoy escribiendo los hallazgos documentales que por consulta y gentileza del archivo del que dispone la Asociación de Vecinos Bentayga, del barrio de La Solana en Tejeda, que permite hacer este relato basado, en las Memorias de La Solana. Tejeda escritas por Miguel Velázquez Sarmiento 2005, que allí se conservan.
Relatamos la visita pastoral que el obispo Pildain realizó en el año 1938 a Tejeda, para tomar el pulso de primera mano, a las pretensiones de los feligreses de los barrios llamados del "Lomo Abajo" y los antecedentes que hasta allí lo llevaron, visita fundada en la entrega abnegada que demostró por sus diocesanos. Muchos años antes, nos escribe Miguel Velázquez, la Iglesia de la Solana, igual que la de Carrizal, había sido construida por los propios vecinos, con esfuerzo y entusiasmo.
En la construcción de la Iglesia de La Solana, tuvieron especial relevancia las hermanas Antonia y Luisa Velázquez, que serian posteriormente Hijas de la Caridad, y con orígenes paternos en el del barrio del Espinillo. Destacar incluso que, la imagen de la Virgen de La Milagrosa, Patrona de la que sería futura Parroquia de La Solana, fue enviada desde Valencia por la religiosa Luisa Velázquez Sarmiento, llegando de su viaje hacia el barrio el día 6 de junio de 1920.
Terminada la construcción de las Iglesias del Carrizal y de la Solana, se solicita en 1901 la bendición de las mismas y los permisos para celebrar misa a los correspondientes sacerdotes.
La Iglesia del Carrizal quedaría bajo la devoción a San José; y con fecha 29 de octubre de 1901 ya se concedieron los permisos para celebrar misa en ambas ermitas. Van pasando los años y la asistencia espiritual de vecinos venía siendo atendida de manera discontinua por los Curas-Párrocos de Tejeda, que se desplazaban en mula hasta La Solana, considerándose por los feligreses la necesidad de tener parroquia y cura propio, ya que, estos barrios tenían una población de entre 800 y 1.000 habitantes por aquel entonces y se presentaban eventualidades espirituales, fallecimientos, bodas, bautizos, procesos de catequesis que se atendían de manera deficiente y tardíamente, amén que el proceso de evangelización corría grave riesgo de perderse.
Es en diciembre de 1933 cuando se solicita por escrito, al obispo Miguel de los Santos Serra y Sucarrats, obispo por aquel entonces, que la Diócesis, erija la ermita de La Solana como Parroquia independiente, puesto que reunía las condiciones que exigían los Sagrados Cánones para los feligreses de los barrios del Toscón, Los Galgares, Siberio, Degollada Honda, La Ruda, El Carrizal, El Chorrillo, El Espinillo, El Roque La Higuerilla y la Solana. Proceso que se alargaría hasta la llegada y nombramiento de monseñor Antonio María Pildain Zapiain como nuevo obispo, y que llegaría a Canarias en 1937.
Hizo este viaje el obispo Pildain hasta La Solana de Tejeda, al año siguiente, en caballería para comprobar la situación y la veracidad de los hechos que se habían puesto de manifiesto al Obispado, por carta del cura-párroco de la parroquia matriz de Ntra. Señora del Socorro a petición de los feligreses.
Se nos cuenta en estas memorias, que durante el trayecto de la cabalgada, hizo el obispo una parada al asomar al barrio del Espinillo, desde dónde se divisan casi todos los demás barrios, tomando consciencia de la distancia entre ellos y a la parroquia matriz de Tejeda, y sigue relatando Miguel Velázquez, que durante la visita escucho pacientemente las opiniones de unos y de otros, los pros y los contras de los problemas expuestos, prometiendo estudiar detenidamente el asunto para darle una solución satisfactoria para todos. Fueron algunos años después, por decreto de erigir la parroquia, dictado el 17 de marzo de 1943, y después de su visita pastoral al pueblo de Tejeda y al barrio de La Solana, cuando monseñor Pildain, firmó y autorizó la constitución de la parroquia de La Solana bajo la advocación de la Milagrosa.
En resumen dicho decreto recogió, que se tenía en cuenta que la situación acaecida, y que se podía encuadrar dentro de la aplicación de lo que se señalaba el canon 1.427 de la Recopilación Canónica de 1917, es decir la posibilidad de desmembrar un territorio y erigir nueva Parroquia con justa causa; y habiéndose oído los pareceres, del Cabildo Catedralicio y del venerable del cura-párroco de Nuestra Señora del Socorro de Tejeda, ordenó desmembrar parte del territorio de la Parroquia Nuestra Señora del Socorro Tejeda y para concretar que se constituyera la nueva parroquia, que llevaría por nombre, parroquia de Nuestra Señora de La Milagrosa y tendrá por sede el templo que hay en La Solana. Y así hasta el día de hoy.
