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Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

Sánchez necesita a Jodorowsky

Ni una mosca verde que se le mete por el orificio de la nariz hubiese podido sacar a Pedro Sánchez del rencor que le invade. Ahora sería el momento ideal para que Bertín se lo llevase a su programa y lo dejase llorar sobre su hombro, en una explosión acuífera sobre la estupidez de la política. Unamuno, aunque tarde, descubrió que los salvadores falangistas también fusilaban a sus amigos, y cuando se rebeló contra ello lo cesaron de todo y lo pusieron a morir en su casa de Salamanca, con un bozal en la boca. Hay que estar al quite. Mira Hernando, que las ve venir, igual que un perro que huele la tormenta. Su antiguo jefe pasó por la investidura metido en una cápsula, sumido en el sueño de otras primarias y mascullando la idea de comerse entero al felipismo. La escena no ha sido ejemplarizante, ni mucho menos: más bien es la política del garrotazo, y como casi siempre ocurre en este país, todo muy aliñado de divisiones irreconciliables. El PSOE, desde el comité, es la corazonada de la indisciplina. Nadie sabe bien qué va a suceder en la segunda votación a Rajoy, ni tampoco cómo se las va a trajinar el grupo socialista cada vez que exista una votación trascendental. En todo caso, la entronización de Rajoy promete. Desde ahora vamos a ver a Unidos Podemos muy crecidos en la Cámara, demostrando que ellos son la única oposición. Prometen espectáculo. El PSOE y el chaquetero de Hernando van a estar toda la legislatura, sea corta o larga, como pollos sin cabeza, perdidos a la búsqueda de una identidad, porque cualquier cosa que hagan en el hemiciclo no será interpretada como oposición, sino más bien como política ficción. Lo más real que había ayer en cuanto a oponente socialista al PP era la bestialidad que lleva encerrada dentro Sánchez, al que le tenían que haber dejado pegar un grito, un gran grito, como hace el polifacético Alejandro Jodorowsky para incitar a su público a liberar tensiones. Cuando vino al Teatro Pérez Galdós probé su método y la satisfacción fue completa, al igual que la del resto de la sala. Hay que animarlo a ello.

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