El británico Howard Griffiths ha dirigido el programa quizás más ligero y divertido del ciclo orquestal de abono. Dos joyitas alemanas del XVIII y el XIX dieron marco a los dos momentos "de peso": la grácil obertura de Abu Hassan, de C.M. von Weber, vertida con agilidad en plantila romántica con los ritmos y acentos de la tópica referencia "turca" de la época; y La llegada de la reina de Saba (del oratorio Salomón) de Haendel con plantilla barroca de arcos y dos oboes, muy transparente en tutti y en el dibujo sonoro de los solistas.

Bien conocido en la ciudad como pianista, el turco Fazil Say firma como compositor el concierto para violín 1001 noches en el harén, relato de sultanes y odaliscas traído al gusto híbrido del siglo XXI (su estreno fue en 2008) y a la moda de "fusión" de las formas étnicas y populares con las académicas. La escalística ad hoc, que tanto se parece a la de la música judaica en la gangosidad llorona del portamento, estimula en el autor un fino oído de color instrumental y de las mezclas tímbricas para una escritura orquestal muy selectiva y mayoritariamente reducida al juego de ambiente que da contexto al violín.

El indonesio de origen berlinés Iskandar Widjaja, virtuoso consumado en los pasajes de bravura y buen traductor de la sensualidad y los éxtasis de la melodía y las danzas turcas, ejecutó con humor e imaginación esta música efectista, bien leída por la batuta y por el percusionista Aykut Köselerli, que añade membranas "nacionales" a las sinfónicas. Excelentes prestaciones del primer violín, la flauta, el corno inglés, el violoncello y la celesta. Ambos solistas ofrecieron como bis un jocoso disparate sobre la Gavota de la tercera Partita de Bach para violín solo.

Cerró programa la suite Belkis, reina de Saba, de Respighi, obrón pesado, sobresaturado en los tutti de la gran plantilla y muy corto de ideación, en línea con los triunfalistas poemas sinfónicos que gustaban al autor, y no solo a él: también a su amigo Mussolini. Lástima que la sutileza de todo lo anterior desembocara en algo tan plúmbeo.