Se dice y así es, que para cumplir años primero hay que vivirlos. Televisión Española no solo ha vivido sino que ha hecho vivir a los españoles los sesenta que cumple y que celebramos el pasado viernes con respeto por cuanto tiene de contenido histórico, aunque no todos los españoles comenzásemos a disfrutar del mágico descubrimiento a la vez. Aquí no, por cierto, porque aquí algunos llegamos a tener incluso de adversario visual directo a Marruecos quien, imagino que también en sus comienzos, nos hacía llegar de forma involuntaria desde Rabat borrosas señales de emisión televisiva entre reflejos de nubes, fenómeno fácil de explicar por los técnicos y curioso para el espectador.
Ocho años después del nacimiento de Televisión Española cuyo sesenta aniversario celebramos el 29 de octubre pasado, y tras estudios, propuestas y conveniencias estiraba el brazo instalando su futuro centro repartido en las islas en 1964. Ya eran Madrid, Barcelona y Canarias. El impacto fue extraordinario como ha venido siendo el proceso de superaciones españolas. La modestia de aquel Paseo de la Habana donde nació queda en el mas apreciado estante reconocido de los recuerdos. Un caramelo de vida futura que yo empecé a admirar cuando en años viejos accedía con asombro a aquel rincón visitado mas de una vez cuando de paso, en transmisiones de Radio Atlántico y mi condición de colaborador de radio nacional desde 1954, curioseé aquella mínima base informativa casi experimental. Balbuceo de un medio que hoy constituye importante almacén histórico nacional digno de ser celebrado en sus aniversarios. Allí es donde conocí como locutor a Jesús Álvarez, quien, a la postre, fue en 1964 no solo el primero de los locutores españoles y primero que ha tenido Canarias, sino también el que dio paso a a mi primera intervención aquí, en pantalla, informando sobre un partido juvenil del viejo Torneo Internacional del Atlántico.
Canarias llegó a ser en TV, aun con sus carencias y obstáculos, un seguidor de esfuerzos, una conquista social preferentemente en lo mas simple, los deportes, y en especial el fútbol, al hilo de los que se dio a conocer mas deprisa y volumen que en cualquier otra de sus grandes virtudes. Y poco a poco junto a la experiencia de los ejes principales se creó una eficaz corriente profesional nativa en distintas facetas. Se puede envanecer de ello.
Hoy desde aquí se siente mucho orgullo por una Televisión nacional con 60 años de vida y trabajo sin salir del cauce principal del que surge.
Se aprecia claramente que perduran los principios en los que trabajaron por ella en Canarias cuando componentes de las primera plantillas, expertos o debutantes entre los que me incluyo se sienten orgullosos de haber pertenecido a ella a quien desean de corazón.
¡¡Feliz aniversario!!
