Entre la militancia socialista se viven momentos muy intensos pero que no impiden que algunos puedan mantener el impulso de estudio y trabajo. Un buen ejemplo es la exconsejera Paquita Luengo, que desde que ha sido abuela de un niño norteamericano se ha empeñado en dominar la lengua de Shakespeare. Y quien la sigue la consigue. La abuela Luengo se entiende con su nieto.