La Provincia - Diario de Las Palmas

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Piedra lunar

Rabogato y otros fracasos

Llega Carmen Fuentes a la tertulia quincenal de Cairasco con dos sentimientos contrapuestos relacionados con el medio ambiente. Por una parte, quedó bastante entusiasmada después de escuchar a Wolfredo Wildpret en una ruta guiada por el parque marítimo de Arrecife. Este botánico, profesor emérito por la Universidad de La Laguna y exmiembro del Consejo de la Reserva de la Biosfera lanzaroteña, a donde fue a recibir un premio, con su clara autoridad de 83 años, fue desgranando información precisa sobre la flora que les salía al paso. Pero en nuestra Carmen cundió el desaliento cada vez que trasladaba la intervención del experto a la observación de nuestro entorno. Habla el profesor de la excelsa palmera canaria Phoenix canariensis como símbolo del Archipiélago, y de la normativa (Decreto 62/2006) por la que se establecen medidas para favorecer la conservación e identidad genética, además de su expansión por el litoral y altitudes medias de la Península Ibérica, y en otros países (Chile, Argentina, Bolivia, Perú), donde se utiliza como árbol ornamental. Pero si observamos nuestro paisaje, el alma se nos viene a los pies al contemplar los márgenes de la autopista del Sur, como primer saludo que recibe el turismo. Habla de las plantas exóticas y de las especies invasoras, terriblemente destructoras, como el rabogato, que se propaga con gran facilidad, ayudado por el viento, los animales, las personas y los coches. El principal problema es que impide la vida de otras especies. Por ello se estipulan unos estrictos protocolos para su eliminación y cuyo último recurso se basa en la sustitución por flora autóctona. El Gobierno de Canarias (Orden de 13. 06. 2014) aprueba las Directrices técnicas para el manejo, control y eliminación del 'rabogato', además de otras menciones al aparato legislativo (Resolución 0280 del Parlamento de Canarias en 2011), que insta al "Gobierno de Canarias para que, en colaboración con los cabildos y ayuntamientos, lleve a cabo medidas concretas para el control y erradicación del rabo de gato". La especie se encuentra fuertemente instalada en Tenerife (Teno y Anaga), en Gran Canaria (Guayedra, Andén Verde, y falda norte de Tamadaba) y en La Palma, por lo que las medidas deben ir dirigidas a frenar su propagación y efectuar controles en las zonas de alto interés conservacionista. La realidad actual es que no existe una campaña sistemática de concienciación a la ciudadanía sobre esta amenaza botánica así como el impulso a la colaboración del voluntariado para llevar a cabo actuaciones determinantes. En este caso, la normativa no garantiza las acciones ni debe ser el recurso estético/político de lavarse las manos. Otros fracasos: la parálisis que sufre la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria; el acceso a zonas de ocio y deterioro de las instalaciones de Tamadaba; retirada de troncos del lugar de poda en pinares de la cumbre; arreglo de cunetas y pistas forestales. ¡SOS a largo plazo por nuestro medio ambiente!

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