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Rubén Reja

El análisis

Rubén Reja

Tiempos de cambio

Improbable, pero posible. La Casa Blanca tiene nuevo inquilino. Donald Trump se ha convertido en el 45 presidente de los Estados Unidos. El país de las eternas oportunidades lo es más que nunca al comprobar cómo el número 1600 de la Pennsylvania Avenue abre sus puertas a un tipo histriónico. Después del que despacho oval fuera ocupado por un actor o un negro, entre otros, le toca el turno al menos esperado. La victoria de Trump es lo más parecido a una guerra mundial. La revolución ya ha comenzado con un tsunami que se levanta con fuerza y cuyas consecuencias son impredecibles. La sorpresa sacude a una nación donde los televisores, en forma de mueble gigante tirados sobre moquetas, echan humo tras el trumpasso electoral. El populismo (demasiados red necks) ha aupado a la cúspide del poder al primer presidente ajeno al mundo de la política. Si hace lo prometido, la estabilidad mundial está amenazada. De ser así, un nuevo muro se levantará para separar a EE UU del mundo y el multilaterismo y las alianzas tradicionales saltarán por los aires. Este país tiene y tendrá una influencia directa en la situación geopolítica y económica. Se trata de la economía más influyente del mundo y el estado cuya política exterior marca las agendas del planeta. Cuándo Estados Unidos estornuda, el resto se constipa. Habrá que estar muy atentos si el Donald ( no el pato) mediático y transgresor modera su posición y sus formas, si ejecuta las propuestas más controvertidas de su acrónico programa y si el cambio prometido se materializa para "volver a hacer una América grande y fuerte", según arengaba en sus mítines. Se avecinan tiempos de cambios trufados de incertidumbre. Demasiada incertidumbre.

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