Canarias tiene que recuperar en los diez próximos años todo lo que perdió en los diez anteriores, que es el tiempo que ha durado la crisis. Una década perdida. Las Islas llegan a 2017 con prácticamente la misma riqueza de 2007: unos 43.000 millones de euros. Es decir, que el moderado crecimiento de los últimos tres años solo ha servido para aliviar la pérdida acumulada durante la crisis y colocarnos en el mismo nivel de riqueza de hace una década. Pero conviene precisar también que hace diez años contábamos con 110.000 parados, el 10% de la población activa; y ahora con 240.000 parados, el 25% de la población activa actual. Por tanto, si tenemos el mismo PIB y mucho más paro, esto quiere decir que una parte de la sociedad ha mejorado sus condiciones de vida y la otra ha empeorado. De lo que se deduce que se ha incrementado de forma notable la desigualdad en el seno de la sociedad canaria, como ha ocurrido durante la crisis en gran parte de las economías desarrolladas. Tenemos por tanto un problema económico, junto a un problema social. Problemas que hay que afrontar, de forma conjunta, en la etapa de crecimiento que ahora se inicia.

Los economistas y analistas financieros auguran un periodo de crecimiento, como consecuencia del cambio de ciclo, al menos hasta 2020. Ciclo que hay que aprovechar para avanzar no sólo desde el punto de vista económico, sino también en el progreso social. Y ello se logrará si se apuesta con decisión por un nuevo modelo de economía sostenible, que amplíe y mejore nuestro modelo actual del Estado del bienestar. El éxito dependerá de nuestra capacidad para establecer con claridad las prioridades, contar con una visión a largo plazo y obtener los recursos suficientes que requiere nuestro crecimiento. Se trata de alcanzar la velocidad suficiente que permita el despegue hacia una economía moderna adaptada a la revolución tecnológica y a una economía globalizada.

Pero acertar en las prioridades no depende solo de los discursos y las buenas intenciones. Depende sobre todo del acierto en la confección de los Presupuestos de la Comunidad Autónoma de Canarias, en tramitación en el Parlamento regional. Y, en paralelo, del éxito de la negociación de la Agenda Canaria, que permita incluir y ampliar las partidas canarias en los Presupuestos del Estado, que se aprobarán por su parte en el primer trimestre de 2017. Las cuentas se han elaborado en un contexto económico de recuperación, con 11 trimestres de crecimiento continuado y con un PIB de la economía canaria en tasas del 1,2%.

En su aprobación inicial, las cuentas autonómicas para 2017 reflejan el equilibrio adecuado en el reparto de los escasos recursos con que cuenta, unas partidas ajustadas a los límites legales impuestos de estabilidad presupuestaria, deuda pública y ajuste en el gasto, que en un contexto favorable como el actual permiten obtener una mayor recaudación tributaria y por lo tanto disponer de más recursos, sobre todo por la vía de los impuestos directos e indirectos. Con nuestro PIB actual, el presupuesto debería sin embargo estar más cerca de los 8.000 millones de euros que de los 7.000 millones en que está actualmente. Un déficit de financia- ción como consecuencia del grave retroceso en inversiones y subvenciones que procede del presupuesto del Estado y que se-rá la cuestión clave durante la negociación que se lleve a cabo en estos meses en la citada Agenda Canaria.

El contexto económico para las Islas en 2017 no es malo: se prevé un incremento del PIB del 2,3%, algo más moderado que en 2016, con una tendencia positiva confirmada que se inició hace dos años, con una tasa de inflación moderada y una ligera reducción de la tasa de desempleo, que sigue siendo el problema más grave del Archipiélago. El aumento de la riqueza de las Islas viene condicionado, conviene no olvidarlo, por el turismo, un sector beneficiado por la inestabilidad de los destinos que compiten con el Archipiélago, junto con la reducción de los precios del petróleo y la buena marcha de la economía nacional.

El presupuesto canario mejora levemente las partidas destinadas a Educación y Sanidad, hasta superar, en conjunto, los 4.100 millones de euros. Una cantidad que se puede considerar suficiente para sostener la calidad actual de nuestros servicios esenciales, pero que resulta con claridad insuficiente para mejorar estos servicios hasta el nivel de calidad que exigen y merecen los ciudadanos canarios. También para acometer la gran reforma educativa que se avecina en toda España, y en la que Canarias debe aspirar a situarse en el lugar que le corresponde en el ranking educativo de las comunidades españolas. Todo ello depende del nuevo modelo de financiación autonómica, que se negociará en el primer semestre de 2017, y en el que resulta esencial para Canarias obtener como mínimo los recursos que le corresponden por su número de habitantes, que ha estado durante demasiados años por debajo de la media estatal.

En el presupuesto de Canarias para 2017 se imputan unos 700 millones de euros para el conjunto de las políticas de promoción económica, inversión en infraestructuras y fomento del empleo. Partidas muy escasas si se las compara con las de las otras comunidades españolas, por lo que se hace muy necesario ampliarlas. Solo existen dos vías: el incremento de la inversión del Estado en Canarias o un mayor esfuerzo fiscal de la sociedad canaria.

Entendemos que la vía adecuada es la primera, porque la presión fiscal que actualmente soporta la economía canaria es razonable en este momento económico. Por tanto solo queda el camino de recuperar, por medio de la negociación, los niveles de inversión estatal de hace cinco años. Ello significa la recuperación del plan de carreteras; otros planes de infraestructuras, entre ellos el turístico; el plan de empleo y lo que se ha denominado el nuevo REF económico. Todas estas cuestiones tan importantes están incluidas en la negociación que se ha iniciado estos días entre el presidente Fernando Clavijo y la vicepresidente del Gobierno de España, Soraya Sáenz de Santamaría. Negociación a la que todos los canarios debemos prestar especial atención porque nos jugamos, sin exagerar, nuestro próximo futuro. De lo que se trata es de que el despegue económico que se vislumbra para Canarias en las cuentas de la Comunidad Autónoma para 2017 no deje a nadie atrás.