Hace 50 años Gran Canaria se estrenó en el sector del turismo de ferias y congresos. La creación de la Feria del Atlántico supuso un salto extraordinario en los recursos para un sector muy especializado de turismo, necesarios para una isla que ya atraía el interés mundial por las celebraciones de los congresos internacionales de los Skal Clubes, el Expotur (enero de 1967, antecedente de lo que hoy es Fitur) y en noviembre del mismo año la asamblea mundial de las federaciones de agencias de viajes (FUAV, fruto de la unión de la FIAV y la Outaa, europeos y americanos). Gran Canaria ya era un referente como sede de eventos MICE (Meetings, Incentives, Conventions and Exhibitions). Un turismo de calidad, ese del que tanto se habla.

La Feria, como se la conoció popularmente, se convirtió en el acontecimiento social más importante del año en Gran Canaria junto a las grandes fiestas. Con el tiempo pasó a llamarse Feria Internacional de Canarias y acumuló hasta 39 ediciones, sufriendo un parón que ha sido superado con el nuevo impulso que ha dado el actual grupo de gobierno en el Cabildo insular, un cambio político que comenzó por el anuncio a finales de 2015 de su voluntad de recuperar e impulsar la institución ferial justo en el momento en que se iba a celebrar el medio siglo de historia de la Feria. Pero la iniciativa traía consigo la decisión de volver a celebrar la Feria Internacional del Atlántico y dedicarla al turismo. Un acontecimiento que ya cuenta con más de 100 expositores y con la participación de 50 conferenciantes o ponentes. En una feria en la que el turismo será el protagonista, y en la que el turismo de ferias vuelve a pisar con fuerza en la isla. Con el lema Turismo, soluciones profesionales para la industria turística, donde se podrá encontrar casi todo lo que se pueda necesitar para cualquier actividad en el sector o, desde el otro plano, donde podremos exponer todo lo que hemos conseguido o desarrollado siendo un destino de éxito mundial.

Nuevamente, la Feria se convierte en una oportunidad en un destino turístico de éxito. Una cita que ha sido posible realizar en un tiempo récord gracias a la acción de un equipo muy profesional. Es una oportunidad y a la vez una demostración de nuestra realidad. Pero también nos permitirá reconocer las debilidades propias del éxito en el que nos encontramos y que podría acomodar a los organismos y sus responsables porque el volumen de negocio de las empresas es elevado y algunos representantes de las instituciones creen que mantener o incrementar el número de visitantes es suficiente como objetivo.

No obstante, también hay emprendedores que buscan cómo aprovechar el éxito de afluencia turística, esos cuatro millones de turistas que visitan la isla o esos 14 que arriban al archipiélago. Una cifra que de tanto escucharla nos parece algo normal y cotidiano, pero si este archipiélago fuera un país sería la 18ª potencia mundial de turismo.

Asimismo, viviremos la Feria en un momento en el que hay quienes están preocupados por los efectos perniciosos de esta actividad económica. Pero también es cierto que el turismo isleño es sector que no es tan impactante como la industria que, además, debe buscar la venta en mercados lejanos. Lejos de sufrir la herencia de una explotación industrial altamente contaminante, nos encontramos en un destino al que vienen a gastar su dinero gentes de países lejanos y que quieren disfrutar del mejor medio ambiente.

La Feria debe ofrecer los elementos necesarios para mejorar aquello que nos convierte en destino de referencia para el turismo europeo y que no es sólo la calidad de los establecimientos alojativos, sino también las actividades y el medio natural en el que los visitantes pueden disfrutar plenamente de la estancia.