Amediados de los años sesenta Jean Jaques Servan Schreiber nos sorprendió con El desafío americano, que durante años fue libro de cabecera de muchos economistas y gurús. El trabajo de Schreiber es el análisis de una guerra económica soterrada entre EE UU y Europa, ese escenario ahora se trasladaría hacia China y su área de influencia. Los emprendedores ya no buscan simplemente un empleo porque tienen una concepción diferente de ver el mundo, bastante alejada de la que mantienen las personas que continúan absorbidas por el sistema, es necesario añadir ese plus, que es lo que en definitiva marca la diferencia.
Uno de los problemas que parece que será más complicado que se pueda solucionar es el asunto del paro, la mecanización se nos ha venido encima como un tsunami, y si no se estudia una nueva concepción del mercado laboral más de uno se va a ahogar sin remisión. Los emprendedores del siglo XXI no son los que simplemente apuesten por montar un bar o una mercería, porque eso les llevaría indefectiblemente al fracaso, actualmente ese proyecto tendría que estar apoyado por un estudio del sistema adecuado para que se desarrolle con garantías de éxito. Primero fue la agricultura, luego vendría la revolución industrial y ahora tras la revolución tecnológica lo que toca es prepararse para dejar de ser lo que hemos sido hasta ahora.
De cara a los próximos años todo va a cambiar de tal manera que la preparación debe ser mayor o pocos se van a salvar de la gran ola, si no que se lo pregunten al presidente chino, de visita estos días en Canarias. En cualquier caso la intervención del Estado, cuanto menos mejor, se sea o no de las personas que piensen que todo lo que toca la administración es susceptible de corromperse.
En Europa mientras no se cambien las políticas no habrá ni ventas ni créditos necesarios para dinamizar la economía. Hemos atacado el problema de la deuda de las familias y ahora vamos a ver cómo se regularizan por un lado los desahucios y por otro la reestructuración de las hipo-tecas.
¿Es el sistema sostenible? Si no ponemos remedio rápido al paro, las previsiones a largo plazo se pueden convertir en algo tan creíble como una consulta al oráculo de Delfos, porque el peor de los escenarios pasa por tensiones en el pago de las mismísimas pensiones.
Parece que esto no va ocurrir, ya que la creación de empleo comienza a consolidarse y que Standard and Poor's nos sube la nota.
La clase empresarial tiene que estar más cercana de los centros en los que se imparte la formación, para que los alumnos sean conscientes de lo que el mercado laboral demanda. También las universidades españolas tienen que analizar el enfoque práctico que no están ofreciendo en sus carreras, los estudiantes eligen una disciplina en la que formarse por el interés que las distintas materias despiertan en ellos, pero el fin último es poder acceder a un trabajo digno y, también, elegir dónde ejercerlo.
Mucho se oye hablar del reconocimiento que en otros países existe sobre los méritos de la preparación de los profesionales españoles, pero también alguna de las veces con sueldos que no corresponden a su formación.
Ser emprendedor es una forma de entender la vida, toda una filosofía, en la que la creatividad, la investigación, el desarrollo e innovación deben primar sobre cualquier idea que hasta ahora funcionase razonablemente bien. Además, hoy en día, un emprendedor para iniciar su "batalla" necesita prácticamente sólo dos "armas": un iphone y un iPad, poco más porque si la idea es brillante existe liquidez suficiente en el mercado para apoyar dicha iniciativa.
Conocimiento y actitud, esta dos cualidades son la piedra de toque del éxito en una sociedad moderna. Hoy, el conocimiento, gracias a las nuevas tecnologías, se ha globalizado y está al alcance de todos, ya que actualmente si se tiene interés se puede cursar un gran número de carreras a través de internet, buen ejemplo de ello, por cierto, es la Universidad Oberta de Cataluña, que tiene su sede de Canarias en el Gabinete Literario. Por el contrario, ser optimista es una actitud y, por cierto, un optimista se equivoca más veces pero aprende mucho más.
Hasta ahora la mayoría de la gente que busca empleo sigue anclada solamente en el conocimiento y desecha la "actitud" que se reflejaría en la forma de abordar la solución de un problema, que es lo que a un empresario le interesa y valora.
No hay secretos para el éxito. Este se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso.
