De sobresalto en sobresalto ha ido el presidente Morales en Jinámar. Tras el incidente con el beodo, llegó la despedida y se encontró con elsacerdote Fernando Báez, que le extendió la mano para un saludo. Con el ganado guanil en la memoria, Morales le dijo: "¡No me toque, no me toque! ¡Retírese, retírese de mí!" Y sigue Báez el relato de la escena: "Con gesto hosco, violento y duro, ante la alcaldesa y de fondo la Inmaculada Concepción de Jinámar".