En la práctica clínica, la revolución digital proporcionar a los cuidados de la salud, una serie de nuevas herramientas cada vez más accesibles. Se incluyen en las nuevas tecnologías digitales: la secuenciación del genoma o pruebas genéticas, los sensores del smartphone de indicadores fisiológicos y pruebas de laboratorio, o la habilidad de autocontrol para realizar examen físico o registros electrónicos de salud. Estas nuevas herramientas digitales plantean cuestiones sobre su impacto en la relación médico-paciente, la ética, la privacidad y la seguridad. Sin embargo, es aún limitado el conocimiento generalizado acerca de las percepciones y el apoyo de los consumidores y profesionales sanitarios a estas tecnologías. La evaluación hasta ahora ha sido limitada con respecto a su alcance.

Se ha evaluado el cuidado de la salud por el profesional y las actitudes de los ciudadanos hacia la nueva tecnología médica. Los ciudadanos y los profesionales de la salud difieren significativamente y ampliamente en sus puntos de vista respecto a ello. Aunque ambos expresan su apoyo, los consumidores expresan más entusiasmo y apoyo, mientras que, los profesionales se muestran más reservados. Un alto porcentaje de los consumidores y los proveedores están de acuerdo sobre el uso de pruebas genéticas para ayudar a prevenir la enfermedad, identificar los efectos secundarios de ciertos medicamentos, para diagnósticos alrededor del parto e identificar la causa de la muerte. Los consumidores, los proveedores creen que los pacientes deben tener acceso a laboratorio y pruebas de diagnóstico y transparencia en el coste de los procedimientos.

Las diferencias mayores surgen al evaluar el acceso a los registros electrónicos de salud. Un 90.33% de los proveedores, estaban preocupados porque los pacientes podrían experimentaran ansiedad después de acceder a los registros de salud al no saber interpretar adecuadamente las notas medicas. Un 81.95% pensaba que daría lugar a las solicitudes de evaluaciones médicas innecesarias, pero sólo el 34.30% y el 24.59% de los consumidores expresaron la misma preocupación. Más información, dicen, puede generar mayor tensión y frustración de médicos y pacientes, más aún, en los Estados Unidos, donde una cita de repetición está en siete minutos y una nueva visita en doce minutos y tiene que pasar 2,6 semanas para conseguir una cita con un médico de atención primaria. Esta argumentación no es generalizable porque el grupo de los pacientes no es homogéneo en sus actitudes. No obstante, uno de los esfuerzos de las investigación futura va dirigida hacia la validación clínica de las nuevas tecnologías digitales, evaluándose la eficacia, seguridad y rentabilidad. Entender las actitudes de pacientes y médicos puede ser especialmente útil antes de que dicha validación pueda ocurrir y especialmente antes de cualquier potencial aplicación clínica generalizada.

La titularidad del registro médico era también un área de divergencia substancial. Los profesionales creían que eran dueños del expediente médico de sus pacientes, tan a menudo, casi dos veces, como los consumidores. Sorprendentemente, una mayor proporción de médicos, en comparación con los estudiantes de medicina, informó que los pacientes poseían el expediente médico. También fue llamativo encontrar que los estudiantes de medicina tienden a expresar opiniones más conservadoras que los médicos en cuanto al uso de la tecnología en diversas áreas, siendo más probable que prefieran diagnósticos a realizar por prestadores de salud y menos probable que los pacientes a sus registros médicos y apoyar el acceso del paciente a las notas de proveedores.

Lo más preocupante de este asunto, es la delicada cuestión de la propiedad y acceso a registros médicos, donde existe una enorme brecha entre las expectativas de consumidor y proveedor, a pesar de la reciente validación clínica de la transparencia, lo que requiere mucha más atención. Como la medicina es cada vez más digitalizada, intensifi- carán las fuerzas favoreciendo la democratización. En efecto, el rapport, la comunicación y la participación, podrían potencialmente, conducir a una más fuer-te relación médico paciente, frente al poder de entorpecerlas. En general, los ciudadanos encuestados demuestran el deseo de ser más autónomos, reflejada por su gran interés en el autodiagnóstico, ser dueños de sus registros médicos, ver todos sus datos de laboratorio inmediatamente y tener total acceso a las notas de los consultorios de los médicos, estos en cambio, ofrecían una respuesta marcada-mente diferente en cada uno de estos aspectos. Una nueva era se esta abriendo y ofrece nuevas oportunidades y retos. El futuro es muy atractivo. El ciudadano desea tomar las riendas y ser un socio en su proceso de cuidado. Los problemas de propiedad y el control de datos mandará más atención.

(*) Profesor titular de Psiquiatría ULL