Por qué no me escuchan?" Esta, si no me equivoco, es una pregunta que nos hacemos nosotros todos los días. Nosotros somos los niños y los jóvenes, el supuesto futuro del planeta. Si se supone que nosotros somos la nueva generación, la generación esperada por muchos, ¿por qué no somos escuchados?

Hay un Derecho Humano llamado "El Derecho a la Libertad de Expresión" (artículo 19), el cual dice que todo individuo tiene derecho a ser escuchado, a decir su opinión, ya sea de manera oral, escrita, artística, visual o por cualquier otro medio. El caso es que debe ser escuchada, y nosotros, los niños y los jóvenes, ¿lo somos? No. Lo que decimos no importa, total, somos niños, ¿no? Los niños también tenemos nuestros derechos (Los Derechos de los Niños), y aquí hay otro artículo, el 13, que dice que todos los niños debemos ser escuchados.

Los derechos están ahí para algo, para cumplirlos, pero no, no se cumplen. ¿Por qué? No lo sé. Nadie lo sabe. Con esto, quiero decir que estoy indignada. ¿Qué pasa?, ¿que porque seamos pequeños no podemos opinar?, y si opinamos, ¿nuestra opinión no cuenta? ¿Por qué? ¿Somos inmaduros? Sabemos más cosas que muchos de los "adultos".

Quiero que esto cambie, necesito que esto cambie, porque hay muchas cosas que queremos decir, por lo que queremos luchar. Cuando "las personas grandes", como dice El Principito, dan su opinión tienen siempre la razón, en cambio nosotros no.

No me gustaría oír más "déjalo, es un niño", "eres pequeño, todavía no sabes nada de la vida", "son cosas de mayores", "no hables hijo, que son temas para la gente adulta", "cuando madures, pensarás igual que yo", "ya crecerás?", "¿qué vas a saber tú, si solo eres un niño?" Puedo seguir diciendo más y más expresiones, las cuales oímos cada día doscientas mil veces.

Y hoy quiero dar mi respuesta a esto y yo digo que no. No aguantamos más, queremos decir lo que pensamos, nuestra opinión. Nuestra opinión importa, importa lo mismo que la de un adulto. Que hayamos vivido menos tiempo no significa que no sepamos nada sobre la vida. Tenemos derechos, derechos que hay que cumplir. Todos los tenemos, ya seamos niños, adultos, flacos, altos, gordos, bajos, hayamos nacido donde hayamos nacido. Esto no cambia mi derecho. Mi derecho a la libertad de expresión, sin ser ni siquiera molestado. Mi derecho a decir lo que pienso. Mi derecho es violado, mi derecho no se cumple y tiene que cumplirse.

(*) I Taller de Derechos Humanos y Periodismo de Cruz Roja Española, desarrollado en Las Palmas, en colaboración con la Cátedra Unesco de Derechos Humanos y Democracia, la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas