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Opinión

Entre la brocha y el pincel

Yo diría que hay varias formas de jugar al fútbol. Como en muchas profesiones. Y en la de pintor, donde entre otras está la de la brocha y el pincel.

Cuando periodistas buscones de discusión entre aficionados isleños, suelen plantear el tema de calidades y virtudes de cómo lo juegan los componentes de las canteras de las provincias canarias, las respuestas mayoritarias han sido sobre que la cantera tinerfeña suele tener más bríos y ser mas combativa que la grancanaria. Tienen toda la razón pues a pesar de estar tan cerca y compartir soles y tormentas sobre el mismo mar, como dice la canción, hay diferencias en los caracteres de jugador y hasta de aficionados, e incluso de políticos, ahora que están de moda, quedando el grancanario como más suave. O sea que siendo tan dignos como buenos establecen una diferencia casi como la que hay entre la brocha y el pincel.

En atención a eso y dejando aparte el asunto regional de cuyas piruetas y arabescos de recordados jugadores a quienes vi en viejos choques interregionales haciendo de todo menos morderse, apreciamos que, en más reducida medida, siguen notándose claramente en los derbis donde, al primer roce, como si 'jirvieran' las sangres de uno y otro, ya sean canarias, rusas o del Congo, comienzan a rebullir a pico y espuela junto a su bandera como si fueran gallos kíkeres nacidos en el país.

Y viene a cuento esta historieta real porque en los partidos jugados de esta liga que ya son 14, la UD está intentado confirmar que sí; que tiene más de pincel que de brocha, y más seso que puntera de bota y palo de béisbol. Sé que hace más de un siglo ha sido así sin olvidar que pese a tanto pasear por las avenidas del éxito, también anduvo bajando y subiendo por pobres sentinas llegando una vez hasta el borde de la desaparición.

Ahora y ¿hasta cuándo? Estamos en un tránsito interesante después del ascenso con 'Mastro' Paco Herrera y la permanencia con el buen sustituto Quique Setién, haciéndose más firme lo de seguir jugando mejor con pincel, -menos cuando se desmadra Marko Livaja-, mientras los demás utilizan, con doble espinillera, la simple brocha gorda. Y no lo decimos solo por haberlo hecho como se hizo ante el 'madridísimo' empatándole, sino porque ha habido choques como el del Sevilla, Villarreal, Granada, o con el artístico Celta, que, utilizando el mismo sistema nos empaquetó tres goles de una puntada que tuvo que igualarse luego -a la prisa corriendo y cuesta arriba- para no hacer el ridículo. Fue efectiva reacción.

Pero por encima de todo esto y para sentar las madres de preocupación que pueda despertar la visita de un Leganés que sacó mas puntos fuera -Celta, Coruña y Granada- que en su casa, nos bastaría recordar la más bonita y valiosa noche de esta liga, con entendimiento colectivo. Me refiero al choque de canteras Canarias- Bilbao. Ahí se suele notar mas, por ser gente de brocha gorda que no se despeluza fácilmente. Para la UD fue de máxima nota y de suave pincel a punto, sin prisas ni temores, coronada además con la guinda que colgó Jonathan (Eso sí que es 'colgar' de vaselina narrador Lluís) en aquel último gol del 3-1. Triunfo agrandado al conseguirse con limpieza ante aquella jauría de leones combativos hasta el final.

El próximo sábado, amarillos del pincel, queremos ver encendida la misma luz del buen futuro liguero en cuya siguiente esquina nos tocará visitar por última vez, con el colchonero, el añejo campo del Atlético de Madrid.

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