S i somos la especie más inteligente del planeta, ¿cómo es que lo estamos destruyendo?", se pregunta la primatóloga Jane Goodall en una de sus conocidas frases.

Cuando Jane Goodall eraniña, en el Londres de los años treinta, el Zoo de la ciudad adoptó a un chimpancé que se hizo muy popular. Al poco tiempo, Jane recibiría un chimpancé de peluche de regalo. Quién le hubiera dicho entonces que se dedicaría en cuerpo y alma al estudio y la conservación de estos interesantes primates.

A los 23 años viajaría por primera vez a Kenia para ponerse a las órdenes del antropólogo Louis Leakey,quien le encargó la arriesgada misión de investigar a los chimpancés salvajes de Gombe, en Tanzania.

Jane Goodall plantó su tienda en medio de la selva con la sola compañía de su madre y del cocinero que las acompañaba. Lo que iba a ser un estudio de unos meses se convirtió en una investigación demás de cincuenta años.

Sus conclusiones sobre el comportamiento y la manera de relacionarse de los chimpancés, sobre sus habilidades cognitivas y emocionales, revolucionaron a la comunidad científica de los años sesenta que cuestionaba seriamente que los animales pudieran tener sentimientos, tesis que Goodall confirmó con rotundidad.

Fundó el Instituto Jane Goodall para la investigación de la vida salvaje, la conservación y la educación ambiental, instituto que en la actualidad también tiene sede en España.

Un buen día, decide abandonar el trabajo de campo para hacerse activista, y dedicarse a la lucha por los derechos de los animales y por la protección de sus ecosistemas. Goodall reconoce que la única forma de proteger a sus chimpancés es salvándonos a todos. Entonces empieza a dar charlas por todo el planeta invitándonos a reflexionar sobre la posibilidad de llevar una vida más sostenible.

"El mayor peligro para nuestro futuro es nuestra apatía". "(?)Lo que uno hace puede marcar la diferencia y debes elegir qué diferencia quieres marcar".

A sus 82 años, es, sin duda, una de las mujeres más hermosas que he visto. Vegetariana por convicción puesto que considera que, ante todo, debemos evitar al máximo el sufrimiento animal.

"Tenemos que vivir en paz y armonía con los animales, pero también con otras culturas, otras naciones, otras religiones", dijo en Madrid, el pasado mayo, cuando su labor la trajo a firmar un proyecto ambiental para combatir la violencia que sufren los animales con Manuela Carmena.

Su labor la ha llevado a obtener todo tipo de cualificaciones y distinciones de las cuales destacaremos: Doctora Honoris Causa, Mensajera de la paz de la ONU, dama comendadora de la Orden del Imperio Británico, y premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, en el 2003.

Pero por encima de todo, Jane Goodall confía en el poder de regeneración de la naturaleza y en la bondad de millones de personas que, como ella, luchan por salvar el Planeta.