El próximo mes de septiembre Isabel II de Inglaterra cumplirá 66 años en el trono. La ausencia de la soberana, nonagenaria, en los oficios navideños y el retraso y cambio de planes en su viaje anual a Sandringham para pasar las fiestas, han disparado las alarmas sobre la salud de la reina, entre rumores sobre una posible abdicación.

La monarca, que se traslada a principios de diciembre a Sandringham, cerca de Londres, viajó en helicóptero junto a su marido, Felipe de Edimburgo, desde Buckingham, cuando suelen hacerlo en coche o en tren desde la estación de Kings Cross, ya que la residencia está en Norfolk, a solo 177 kilómetros de la capital.

El caso es que los británicos se han quedado algo más tranquilos esta semana al saber que su reina se encuentra mejor de un fuerte resfriado y que ha vuelto al 'trabajo', tras estar apartada de la vida pública desde principios de diciembre. La reina eligió como primer acto protocolario de 2017 el nombramiento de su ayudante de Cámara Ray Weheaton como lugarteniente de la Orden Real Victoriana.