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Al azar

Las mejores películas

Cada ciudadano ha elaborado una lista de las diez mejores películas de 2016, aunque solo haya visto ocho. Desde la deliberación de no coincidir con los Óscar, ahí va la relación más exacta. Rechace imitaciones:

Deadpool reduce a cenizas de un plumazo el género de superhéroes y las convenciones de género. Una gamberrada digna de los hermanos Marx con un poderoso Ryan Reynolds.

La juventud es una prolongación de La gran belleza, una década después y en una geografía de aislamiento frente al bullicio romano. Michael Caine vapulea a Harvey Keitel.

Mustang no se refugia en sus buenas intenciones ni se excede en ellas. Muestra la factura que la ceguera frente al islamomachismo pasará al feminismo propalestino.

Spotlight pasará a la historia como el testamento del periodismo clásico, que la engreída digitalización no acierta a igualar. Con la primera actuación decente de Michael Keaton.

Paterson homenajea la belleza de los pequeños detalles y concede credibilidad a la poesía con más fuerza que un poema, pese a la batuta del peligroso Jim Jarmusch.

Steve Jobs, tragedia shakespeariana en tres actos y tres genios, porque reúne al fundador de Apple, a Aaron Sorkin y a Michael Fassbender.

La gran apuesta, aunque solo fuera por la revelación económica de Steve Colbert ante la stripper.

Captain Fantastic sobrevive a Viggo Mortensen y a sus hijos.

El botón de nácar es el documental que sitúa a la colonización como antesala destructiva del turismo.

Comanchería, donde la estrella es Chris Pine y no Jeff Bridges.

La lista de los mejores títulos del año quedaría incompleta sin enunciar las peores películas con pretensiones. Es decir, al margen de Villaviciosa de al lado o El pregón. Sin atravesar la frontera, La reina de España y Julieta compiten ventajosamente por el título. En el extranjero, el calvario viene encabezado por la tediosa El renacido, lástima que el oso no diera cuenta de Leonardo DiCaprio. Es imposible odiar a George Clooney, salvo que veas ¡Ave, César! No podía faltar Tarantino, que ya no engaña a nadie con Los odiosos ocho. Incluimos La habitación por sobrevalorada, y a Carol porque pretende que su reivindicación del lesbianismo la salve de la mediocridad. También La chica danesa confía en exceso en su maquillaje, en tanto que Zoolander 2 (en efecto, dos de Penélope qué Cruz) aniquila la leyenda de la primera entrega. Y Elle, pese a los premios y porque nadie se cree a ese psicópata. La gran película de Isabelle Huppert en 2016 fue El porvenir.

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