Sencillo nombre y apellidos en el fútbol aunque elevados a lo más alto del compañerismo y la buena voluntad dentro de la UD Las Palmas, como masajista o terapeuta de aquel grupo que mereció y tiene concedida la insignia de oro y brillantes colectiva del Club como premio por la mejor clasificación jamás igualada en Liga y Copa. Se trata de Pepe González Betancort, otra rama más que se desgaja de aquel árbol que con las raíces de otros cinco equipos se fundieron hace 66 años cuando eran simples regionales y nos han permitido pasar por las mil peripecias de vida en categorías nacionales e internacionales. Esa es la que murió la pasada noche. Sería capaz de asegurar que aparte del dolor de la marcha obligada se agitaría algo activa y con orgullo junto a todos que aún respiramos, al llegarle en su agonía el rumor del soberano triunfo sobre el Atlético de Madrid por unos amarillos para quienes fue, (lo dicen quienes aún viven) un masajista padre y amigo.

El completo del mayor podium deportivo del ayer amarillo encontró estímulo y resistencia en sus manos. Eran los apenas aquellos 14 jugadores que permanecieron toda una temporada sin cambios con una alineación oliendo tanto al bigotudo Linimento Sloan como al diligente Pepe González, el terapeuta que compartió con notable éxito, bromas y obligaciones con aquella brillante y respetuosa juventud convertida en grupo y alegre pandilla familiar tutelada por Luis Molowny que llegó a inocularles en el seso aquello de que "salgan a jugar como les he dicho y ustedes saben; nada más".

Si yo supiera, señor, de brujería, ahora mismo,y de verdad con lágrimas en los ojos recordando al terapeuta amarillo, a quien despido, que fue compañero de pesca de noche y de día, por tierra o por mar en el Río de Lanzarote entre La Graciosa y La Caleta de Famara donde tenía su barquillo y una casita de playa donde convivimos en familia, si supiera digo, de brujería, seguro que ahora lo vería, a lo brujo, como 'agüaitando' por una endija ese gran campo barcelonés por si se confirma un fenómeno tema que él me explicó una vez, y que puede darse con lo del Barcelona-Las Palmas y consistía en momento de susto recibir a un pequeño (la UD) que acaba de 'esclafar' a domicilio a un grande (Atlético) y no es cuestión de mirar 'sin susto ni ná' a ese pequeño del diablo por si acaso ante ellas o sin esteladas se envalentona y les 'esclafa' también, menos aún si, como referencia cercana tiene el recuerdo de la temporada anterior en la que pasó por un temblique tanto al venir como al recibir.

Total, adiós, Pepe el terapeuta amigo, no dejes de mirar por esa endija y mañana me cuentas, yo te adelanto que la UD Las Palmas que no olvida a su gente, seguro que, pase lo que pase nos pedirá rendir como toda tu familia un minuto de silencio en honor a tu persona, alma e historia, el próximo viernes [desde las 19.45 horas en el Gran Canaria en la 19ª jornada de Liga] cuando se juegue contra el Deportivo de La Coruña. Te lo mereces.