Más allá de la eólica, más allá de la renovable, de la energía, de las autorizaciones y procedimientos e incluso de las instituciones, la paralización cautelar de la línea de alta tensión de Fuerteventura va mucho más allá de un cable que conduce electricidad (bendita ley Ohm), o si el cable va por este o aquel sitio, de esta o aquella manera. El auto del juez parece lanzarnos a todos, una gran pregunta, ¿qué queremos? Porque sin duda el ser humano tiene una gran incidencia en el planeta, en el territorio y el paisaje, en el medioambiente y sus ecosistemas, y, llegados a este grado de desarrollo, ya no lo podemos evitar. Ahora solo nos queda ponernos de acuerdo en la manera de continuar desarrollándonos y modernizándonos, y por supuesto hacerlo con el menor impacto posible, lo que los ingleses denominan ecological footprint.
Y créanme que esa pregunta no es retórica, ¿qué queremos? ¿Qué debe pesar en la balanza de cada una de las acciones que tomamos, como ciudadanos y como sociedad, en todos los ámbitos, energía, transporte, alimentación, abastecimiento de agua, comunicaciones y en general casi todo? ¿Qué queremos? Antes de construir una carretera un puente o un túnel, antes de poner antenas de telefonía o incluso antenas de TDT, antes de canalizar aguas o de bombear aguas fecales, antes de cultivar en invernaderos inteligentes o de realizar un viaje en barco o en avión debemos hacerlos esa pregunta, ¿qué queremos? Y desgraciadamente, tras esa pregunta viene la segunda, sin duda más mundana y triste, ¿cuánto cuesta y si podemos pagarlo? Aunque resulte grotesco hablar de dinero.
La Asociación Fuerteventura Sostenible y el Cabildo de Fuerteventura se opusieron a la segunda línea de alta tensión prevista para Fuerteventura, o parte de ella. Sus razones, paisajísticas y medioambientales, llegando a proponerse en algún momento el soterramiento de algunos de los catorce tramos en que está dividido el proyecto. También propusieron repotenciar el tendido actual y desarrollar las energías renovables.
La realidad es que la isla de Fuerteventura es muy 'débil' eléctricamente, ya que tiene una sola línea de transporte que la recorre en casi toda su longitud, sin posibilidad de mallado. Por eso en Fuerteventura se concentran un mayor número de incidentes de Red Elétrica de España (REE) en Canarias, algunos de ellos conllevan 'cortes de luz' a zonas importantes de la población. Asimismo, REE ha realizado un esfuerzo ímprobo en el mantenimiento del único circuito actual, cambiando apoyos (torres de alta tensión) en tensión, que es como cambiar el radiador de un coche, el embrague o la caja de cambios con el motor en marcha y el coche en movimiento, complicado y costoso, pero no imposible. Además esta línea, al ser la única, tiene un volumen de carga importante y sería complicado cualquier desarrollo que implique un aumento de demanda energética, especialmente en el sur de la isla.
Por otro lado el desarrollo de la energía renovable debe ir acompañado en una mejora en las redes, hacerlas más inteligentes, más flexibles, más interconectadas y con posibilidad de almacenamiento, por ahora en ciernes. Redes preparadas para una mayor penetración de autoconsumo, adaptadas a generación renovable distribuida y capaces de abastecer la demanda con energía de calidad, barata y con la menor contaminación posible.
