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Papel vegetal

¡Despierta, Europa!

No sabemos si el presidente ruso, Vladimir Putin, tuvo algo que ver con la victoria de Donald Trump en Estados Unidos sobre la candidata del establishment demócrata. Acusan los demócratas al Kremlin de haber favorecido al hombre de negocios republicano por considerarle más fácil de manipular que la veterana y siempre beligerante con Rusia Hillary Clinton. Pero, puestos a hablar de injerencias, ¿qué podemos decir de las declaraciones del presidente electo estadounidense a dos medios europeos, el Times de Londres, y el sensacionalista Bild, de Alemania? ¿No ha dado alas Trump a la extrema derecha xenófoba europea al calificar de "error catastrófico" la decisión de la canciller alemana de admitir a más de un millón de inmigrantes, que él llama "ilegales", porque los pueblos quieren "conservar su propia identidad"?

¿No alentó, aunque fuera indirectamente, a los "eurófobos" con su pronóstico de que otros seguirían el ejemplo británico de abandonar la UE al calificar el brexit de "inteligente" y atribuirlo en buena medida a la política alemana de refugiados? ¿No es lo que están esperando precisamente gentes como la líder del Frente Nacional francés, el holandés Geert Wilders, y sus afines ideológicos de otros países europeos? Y, sin embargo, los demagogos, incluso los más ignorantes como Trump, pueden decir alguna verdad aunque sea con una intención más bien aviesa. Por ejemplo, su consideración, en la misma entrevista, de que la Unión Europea ha servido sobre todo de "vehículo" para Alemania: es decir, de instrumento para sus objetivos de dominación económica. Es por supuesto, como todo lo que sale de la boca de Trump, una simplificación porque la UE es, reconozcámoslo, mucho más que eso, pero no hay duda de que Alemania es su principal beneficiaria.

Y la miopía de los actuales dirigentes germanos con su política de austeridad a toda costa es causa de resentimiento en muchos de sus socios y no hace sino alimentar las fuerzas centrífugas en todo el continente, algo que no parece disgustar a Trump. ¿Y qué decir, por otro lado, de la opinión que tiene Trump de la OTAN, que, en palabras suyas que han causado fuerte preocupación entre los atlantistas, es una organización "diseñada hace ya muchos años" y "obsoleta"? Se disolvió en su día el Pacto de Varsovia, pero la OTAN siguió ahí e incluso se amplió de forma retadora a países que habían formado parte del pacto militar enemigo mientras existió la URSS. Trump no llega a renegar de la OTAN en la entrevista, pero quiere obligar a los socios europeos a pagar más que hasta ahora por su seguridad sin pretender que Estados Unidos les saque siempre las castañas del fuego. O los meta en avisperos como los de Afganistán u Oriente Próximo, habría que añadir.

Si algo nos enseñan las declaraciones de Trump es que, con unos Estados Unidos decididos a defender por encima de todo sus intereses sin que les importe el resto, sólo una Europa más cohesionada en todos los aspectos podrá estar a la altura del desafío.

Y eso es algo que por culpa del egoísmo y la ceguera de unos y la demagogia y las burdas mentiras de otros está cada vez más lejos de lograrse. ¡Despierta, Europa!

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