La Feria Internacional de Turismo (Fitur), que se celebra cada mes de enero en Madrid, se ha convertido en la segunda feria turística más importante del mundo, tras la World Travel Market (WTM) de Londres. Ambas representan el principal escaparate de una industria clave de los tiempos de la globalización. Por el número de clientes y recursos que mueve y la casi totalidad de países implicados, el turismo es ya uno de los sectores estratégicos más dinámicos y potentes de la economía mundial. Y en no pocas ocasiones el factor clave del crecimiento y desarrollo de muchos de estos países. Son ya más de 1.200 millones los viajeros que se mueven por el planeta.

El peso que ha adquirido Fitur es proporcional a la relevancia de España en el mercado turístico internacional. En esta gran industria global, nuestro país es una referencia, un destino clave que se sitúa ya en tercer lugar en el ranking mundial. Y Canarias es, a su vez, uno de los principales líderes turísticos españoles. Ubicar al destino Islas Canarias en este contexto nacional e internacional es imprescindible a la hora de analizar su situación actual, marcada por el éxito de estos años; pero sobre todo las perspectivas de futuro desde el punto de vista de su competitividad y potencial.

Definir estos retos es uno de los objetivos de estas masivas ferias de turismo, además de facilitar la conexión entre los muchos y diferentes agentes que intervienen en el negocio turístico. Y lo que se ha puesto de manifiesto en Fitur 2017 es que mantener el liderazgo requiere serios esfuerzos de adaptación a un mercado que cambia aceleradamente. Ni España ni Canarias tienen garantizado el éxito turístico en el futuro si no son capaces de afrontar desafíos relacionados con la renovación en profundidad de sus zonas turísticas maduras, una asignatura aún pendiente; o con la elaboración de los productos y segmentos realmente demandados; la planificación de estrategias de innovación y modernización o la implantación de nuevas formas de gestión institucional y empresarial del turismo.

Las cifras reflejan un crecimiento del turismo en el conjunto del país en general y en las Islas en particular. Pero según los expertos, ese crecimiento no se está produciendo ni en los segmentos que más interesan, ni en la captación de un turismo de más calidad, que consume menos y gasta más en el destino. Más allá de la seguridad, que ahora más que nunca se ha convertido en un factor clave de competitividad, la principal garantía de éxito turístico estará relacionada con dos objetivos concretos: la incorporación de la innovación tecnológica y el conocimiento al destino y el nivel formación de sus profesionales. Estos son los grandes retos turísticos de futuro que se han apuntado en la actual edición de Fitur, que concluye hoy.

Canarias tiene que reflexionar si está o no preparándose para dar respuesta a esas crecientes demandas de renovación y mejora de su competitividad bajo esos criterios. Para ello, precisa de un equilibrio entre inversión, fiscalidad y reinversión de los beneficios en un momento de altísima rentabilidad, para dotar a las Islas de zonas, infraestructuras y profesionales de gran calidad. Y necesita igualmente una estabilidad política capaz de afrontar retos como las reformas legales pendientes, entre ellas la Ley del Suelo o la propia normativa turística, que ni limiten la inversión ni repitan errores del pasado. Y con capacidad también para liderar, desde lo institucional, nuevas formas de gestión turística en las que se hace imprescindible la colaboración pública-privada y en la que la calidad sea, por encima de la cantidad, la prioridad del turismo canario para las próximas décadas.