La Provincia - Diario de Las Palmas

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Opinión

El fotógrafo inglés

Charles Edward Medrington nació en la lujosa ciudad balneario de Bath en 1861, hijo de Marcus -escocés, peluquero y perfumista- y de Harriet Bromley, su segunda esposa.

La familia, que iría creciendo y multiplicándose implacablemente al son del bíblico precepto, se trasladó desde Londres a Bath en torno a 1841 y llegó a estar formada por Walter, Malcolm, Sylvia, Louisa Mariana -hijas del primer matrimonio-, Arthur Stanhope, Frank Percy, Harriet Winifred, el propio Charles y Anne Isabel -hijos del segundo-; a los que se unirían Emily Maud, Marcus Maurice e Ivy Dora -vástagos de un tercer desposorio-. El plazo enorme transcurrido entre el nacimiento de su primer hijo en 1837 a la última en 1890 (cuando ya el progenitor entraba en su octava década de vida) nos da una idea de la fecundidad con que natura bendijo al peluquero, y a los malabarismos que el mismo y sus tres sucesivas esposas debieron hacer para mantener a la creciente prole.

Aunque los Medrington tuvieron varios domicilios, en el momento del nacimiento de nuestro Charles, como ya hemos dicho, estaban afincados en el número 44 de Milsom Street, en la localidad de Bath.

Fecundo, con un floreciente negocio familiar e imagino que exhausto ante la algarabía de nietos mayores que sus últimos hijos, falleció el patriarca Medrington a los 82 años, cuando en España celebrábamos el medio milenio de la colombina gesta.

Interesante por toda su trayectoria personal y profesional, Marcus Medrington nació en 1810 en la ciudad escocesa de Glasgow, junto al río Clyde, considerada durante la era victoriana como la "segunda ciudad del Imperio Británico"; y era hijo de John Medrington, maestro de equitación.

En 1837 se casó con Luisa María Cruikshank en Marylebone, Londres. Antes de 1851 la familia se había trasladado a 7 Highbury Terrace, de Bath, donde su primera esposa falleció en 1853. Poco duró la viudedad del escocés, ya que volvió a matrimoniar el 21 de diciembre de 1854 con Harriet Bromley, la madre de Charles, en la iglesia de San Salvador de Bath.

En 1860, la familia estaba afincada ya en el 44 de Milsom Street, donde Marcus instaló su negocio de peluquería y perfumista. Los clientes del balneario de Bath, complejo termal fundado por los romanos con el nombre de "Aquae Sulis" el año 43 d. C., hicieron de esta ciudad desde el siglo XVIII uno de los lugares más frecuentados por la alta sociedad británica, lo que favorecía la proliferación de negocios que, como el de los Medrington, estuvieran destinados a "acicalar" y "preparar" a tanta clientela ilustre de sus célebres termas y hoteles para los múltiples eventos sociales con que la ciudad, sus habitantes y asiduos visitantes llenaban los días y noches de esparcimiento. Marcus -que debió ser avezado en eso de adelantarse a los negocios- introdujo poco tiempo después de la apertura de su negocio un atractivo más para el mismo, creando aditamentos capilares como "la célebre peluca Exposición", la Nuda Veritas, una pomada que mudaba el cabello gris a su sombra original, después de lo cual el pelo volvía a crecer pero ya de su color natural; hasta llegar al detalle que hizo más famosa su creatividad, que ahora llamaríamos capacidad emprendedora: Marcus Medrington fue el inventor del "cuero cabelludo invisible", una sustancia derivada de la brea que, aplicada sobre la calvicie, incipiente o avanzada, adquiría un aspecto hilado y gomoso muy similar -afirmaban los anuncios- al cabello veritatis. Fallecida la segunda mujer en 1870, llegó a la vida del peluquero una enfermera de hospital, Helen Holmes Lovatt, su tercera y última cónyuge.

Parejo a esta extraordinaria y creciente oferta de aditamentos y productos capilares, Marcus trajo a su peluquería una oferta secundaria, pero que, con el tiempo, terminaría por convertirse en su oficio principal, sustituyendo al de peinar y perfumar: trajo a J. F. Benson, un artista que, cargado con sus aparejos y escasos aditamentos escenográficos, llegó a Bath con el incipiente arte de la fotografía a cuestas y que en sepia, blanco y negro o coloreada ofrecía la posibilidad de regalar a amistades y deudos las celebérrimas cartas de visita, dejando constancia de peinados, vestidos y, sobre todo, la certeza de la ubicación en la jerarquizada sociedad británica del "fotografiado en Bath". Poco a poco, tanto en los anuncios de prensa como en las traseras de las fotografías fue desapareciendo la dedicación a peinar y cortar hasta que quedó únicamente la de la fotografía . De "Perfumer and hairdresser" y "Perfumer and singeing the hair and hair restorer" pasó a convertirse en la "Photographic Gallery" de Marcus Medrington. Evolución empresarial ni más ni menos, que pasaría a variada parentela, entre los que destacaremos en este trabajo a los que más unidos estuvieron a la implantación y evolución de la fotografía en Canarias a partir de fines del siglo XIX: Arthur Stanhope y Charles Edward.

Arthur Stanhope, nacido en 1856, abrió en 1879 un estudio de artistas en el 128 de Bold Street de Liverpool; dos años más tarde se anunciaba ya como fotógrafo en el número 33 de la misma calle; desde donde se trasladaría, entre 1882 y 1886, al estudio ubicado en el 29 de Bold Street, emplazamiento definitivo del negocio.

En este último traslado unió al negocio y al oficio a su hermano menor, Charles Edward; y juntos fundaron la Medrington's, registrada como Sociedad Limitada el 4 de octubre de 1890. Los accionistas eran miembros de la familia y posiblemente algunos amigos.

Cuatro años más tarde se fundaba también en Liverpool The Yeoward Line, creada para importar fruta al Reino Unido y que a principios de 1900 comenzaría a operar cargas de fruta y buques de pasajeros de primera clase desde Liverpool hasta España, Portugal y las Islas Canarias. Con la Union-Castle Line fueron durante décadas los referentes principales del turismo inglés en nuestra isla y sus barcos, la estampa inconfundible de nuestro puerto. El tan repetido "Hoy es lunes, llega el Castel y mañana llega el Youard..." del Tartanero de Viera Plata ahí persiste como testigo cultural de aquel tiempo.

De Liverpool a la Gran Canaria ya estaba el camino abierto para la llegada de Charles a un lugar por entonces lleno de súbditos del Imperio Británico; y aquí estaba, instalado su estudio en el Hotel Metropole ya en la última década del siglo XIX.

Charles Medrington, también llamado familiarmente Chas, se dedicó básicamente al retrato de los miembros de la alta sociedad isleña, de la colonia británica y de los muchos turistas que por aquí recalaban, desde su atalaya del hotel; pero también dejó constancia de infinidad de hechos históricos (como la visita del rey Alfonso XIII a la isla en 1906) y de muchos rincones -sobre todo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria- vistos desde su interesante perspectiva de extranjero. Todos los materiales venían desde el estudio de Liverpool, por lo que la calidad de su trabajo era uno de sus distintivos más calificados y estimados. Como se ha afirmado, no era extraña la ubicación de su estudio ya que "para los hoteles era un buen reclamo y propaganda el hecho de disponer de un fotógrafo en sus instalaciones, por lo que les facilitaban cuartos oscuros y salones para su trabajo".

No fue, pese a este aparente apartamiento, ajeno a los aconteceres grancanarios; por lógica, desde la perspectiva de miembro de la alta burguesía, que como tal era considerado. Las actividades que tanto el Metropole como el Santa Catalina, a partir de su inauguración en enero de 1890, organizaban en la ciudad, tenían siempre en él como en otros muchos miembros de la activa colonia británica unos valedores permanentes y muy activos: veladas teatrales, las famosas Tableaux Vivants, la subscripción iniciada por el Alcalde y acordada por el excelentísimo Ayuntamiento de Las Palmas a beneficio de las familias de los reservistas movilizados para la guerra de Melilla...

Y la sociedad isleña se hacia eco de todo lo bueno que al fotógrafo inglés le sucedía: así, el 26 de julio de 1906, destacaba la prensa el texto íntegro de la Casa Real por el álbum de fotografías que Medrington le había remitido como recuerdo de su visita a Gran Canaria, en los siguientes términos: "Con motivo de haber enviado Mr. Charles E. Medrington á S. M. El Rey un álbum que contenía una colección completa de fotografías sacadas por él durante la estancia del Rey en Las Palmas, incluyéndole al mismo tiempo algunas sacadas por las Srtas. de Miller, Sra. de Atcherley y M. Cory James, ha recibido la siguiente carta del Secretario particular de S M: Junio 29,-El Conde de Andini, Secretario particular de S. M. El Rey de España, por orden de Su Majestad acusa recibo, agradeciéndole á Mr. C. E. Medrington el muy artístico álbum, apropiado regalo y la muy cortés carta á S. M."

También los británicos tenían como propios todos estos aconteceres y muchas veces eran ellos quienes propiciaban la celebración de los mismos, como destaca esta reseña de una velada que aparece en la The Canary Islands Review el 23 de marzo de 1903: "The costumes throughout were charming and appropriate, and the grouping of the pictures most artistic and eff ective, while the posing of the characters was skilfully arranged. The performers were animated with true dramatic feeling, and maintained the expression, and attitudes necessary to the interpretation of their subjects. We think the ladies should be specially congratulated upon their ability to remain motionless in difficult positions for so long a period as twenty seconds at a time... The following ladies and gentlemen took part in the various tableaux: Mrs. Tom Brown; Mrs. Tetley; Miss Violet Medrington; the Misses Clayton; the Misses Brown and Messieurs Clayton, Tetley, Seligmann, A. Medrington, Ch. Medrington..."

Sus retratos fueron tan peculiares que aquí pueden verse en su evolución desde el estilo de Bath al del Metropole, pasando por Liverpool, pero manteniendo siempre una discreta y serena elegancia, que tanto aprecio mereció en su época.

Termine este homenaje al fotógrafo inglés con una anécdota cuya pervivencia aún se mantiene en nuestra isla y en nuestro deporte. Conocida es la implicación y participación de los ingleses en la implantación del golf en nuestra isla. El Real Club de Golf de Las Palmas comenzó su andadura cuando un grupo de británicos decidieron fundar el Las Palmas Golf Club el 17 de diciembre de 1891 con un encuentro celebrado en el Lomo del Polvo (la zona de Escaleritas, en la actualidad).

Y el apellido de los Medrington ha quedado por siempre unido a este deporte en nuestra isla, gracias la decisión del hermano de Charles, Arthur Medrington, de donar en 1903 (presente en la Isla por entonces, tal como aparece en la anterior reseña de The Canary Islands Review) una copa para incentivar este deporte en las Islas Canarias. Y tal como nos describe José Rivero Gómez, aunque el trofeo fue donado ese año -y así quedó recogido en el libro de actas- la junta directiva del Club de Golf acordó que se disputara en enero de 1904, y en los años siguientes, ya con carácter fijo, en el mes de abril. Y la Copa Medrington quedó desde entonces unida a la Palmer (1894), la Robinson (1896) y y la Kennedy Erskine (1902) como los torneos más estimados de este deporte ya al presente con una fortísima implantación en las islas.

Charles Edward Medrington falleció en nuestra ciudad el siete de marzo de 1920. Su voluntad testamentaria, abierta el 17 de junio de aquel año, lo describe como vecino de Las Palmas y dejando a su esposa Helen bienes por valor de poco más de 303 libras.

A los canarios nos dejó mucho más.

Agradecimientos: A Rob Ainsworth, Programme Secretary & Administrator, Liverpool History Society.

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