La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

'1984' se queda corto

George Orwell no escribió 1984 para ponernos en sobreaviso de la llegada de Donald Trump ni tampoco McLuhan consignó para la sociología "la aldea global" como un anticipo de la preponderancia de las redes sociales, pero tanto uno como otro mensaje son guantes que se acercan al siglo XXI. El orbe editorial ha visto, no sin cierto asombro, cómo el título orwelliano, publicado en 1949, aguanta el tirón, está entre los más vendidos, además de sugerir que su distopía contra el estalinismo es trasplantable por parte del lector a cualquier otro sistema político donde la libertad se encuentre bajo sospecha. ¿Observan los seguidores del libro un paralelismo entre el mundo actual y el que se perfila en 1984? Sería una simpleza atribuir el retorno literario al factor Trump, aunque sí es verdad que su presencia es el complemento ideal -aunque él es real, muy real- para una situación en la que nuestros datos personales corren por las venas de plataformas digitales no autorizadas, o que el famoso algoritmo de Facebook conoce más de nosotros mismos que la persona con la que solemos compartir cama. Orwell excavó en los enfrentamientos entre comunistas durante de la Guerra Civil, sobre la larga mano del estalinismo para cargarse a los troskistas. Su trabajó desembocó en la creación de un gobierno presidido por una tiranía, tras la que todos vieron a Stalin. 1984, por tanto, no es en 2017 la ansiedad por la libertad frente a purgas masivas o campos de exterminio como los del dictador soviético. No, no es la causa, ni mucho menos. Más bien los lectores vuelven a Orwell por la sutilidad con que se ha ido imponiendo un tipo de dominación que utiliza las estructuras democráticas, y que pretende hacernos creer que las respeta pese a que le resultan odiosas para sus fines. El autor británico planteó su obra cumbre en una época de guerras ideológicas. Lo que sucede ahora supera con creces el escenario de 1984.

Compartir el artículo

stats