Hoy no se va a hablar aquí de Donato Trompeta sino de algo más insólito aún si cabe: del calendario canario. Al contrario que el occidental, el chino o el bahai, que funcionan todos con la honesta idea de organizar a la persona durante el año, el calendario canario es un sistema cuántico-aleatorio, modelo asubola, que depende de factores ajenos a la física. Así, acontecimientos fijados durante siglos para una determinada fecha importante pueden rumbiar semanas antes, semanas después, según les dé el tino, al punto de poder crear peligrosos mixturados.

Pero, ¿cuálos factores son ellos? Pues una jodida almendra, sin ir más lejos. Una sola almendra que le dé por adelantar su floración por vaya a usted a saber, es capaz de rodar para adelante o para atrás todo el mundo temporal isleño. Esto está ocurriendo hoy en Valsequillo con la fiesta que se le dedica allí a este drupáceo verbenero y que hasta antier se celebraba en febrero.

O un turoperador, que no es el médico del topergüé, sino una empresa de traer turistas. Baste que a un turoperador le venga bien anunciar el Carnaval lo antes posible para que en Maspalomas se presente el cartel 2017 en diciembre de 2016, en vísperas de que José y María -que no disponen de Google Maps- dieran con la cueva de Belén, lo que no deja de ser una falta de respeto.

Hoy mismo cuando aún se puede oír por la calle a ancianos deseando feliz año nuevo a otros ancianos, podrán leer entrevistas a dragcuines en pleno 29 de enero, pero no por sus proezas del año pasado, sino las que están por venir. Como toda concatenación, terminaremos llevando la butsir de acampar a la gala de elección del dragcuín, que se celebrará en playa Tiritaña porque se habrá adelantado la Semana Santa. Y ojo, no olvide llevar su vaca favorita a Tiritaña que también se habrá rodado ¡la feria de ganado, tú! Ya a partir de ahí con tres rones, dos romerías y una bajada de la rama nos regresamos a diciembre..., de 2015.