La solución que plantea el Banco de España para poder seguir cobrando pensiones es trabajar más años.
Naturalmente se trata de las pensiones de mierda de los españoles en general, no de los 11.000 euros al mes que su exgobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez tiene asignados en dos primorosos años de retiro dorado.
Fernández Ordóñez es el mismo que en su día dijo que para que el sistema de pensiones se pudiese sostener sería preciso introducir reformas y, por encima de todo, "perseguir unas finanzas públicas saneadas". En la actualidad, está siendo investigado por el escándalo de Bankia, una de las máquinas más engrasadas de la cleptocracia de cuello blanco surgida alrededor de los recursos de todos.
La antigua cúpula del Banco de España se debe de algún modo a una entidad cuya caída obligó al Gobierno a pedir un rescate bancario en Europa. Esto acrecienta enormemente las sospechas de que el principal objetivo de los vigilantes no era precisamente vigilar. Y en Europa, por ese motivo, no tienen gran estima por nuestros banqueros.
Pues bien, como la cuerda siempre rompe por el lado más débil la solución es que trabajen más años los curritos. Probablemente tenga que ser así y no haya más remedio porque el sistema naufraga por la falta de ingresos, el gran fraude fiscal y algunos gastos públicos demasiado onerosos que no revierten en el beneficio de la generalidad.
Ese tipo de cosas que el Banco de España, con su sesgada visión de la "sostenibilidad financiera", une de manera un tanto vaga a su análisis de la situación y después de haber incurrido en llamativas ausencias de celo. Otra posibilidad para mantener la caja de la Seguridad Social a salvo es, según el Banco nacional, es captar nuevas vías de financiación. Claro.
