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REFLEXIÓN

La felicidad consumida

Las películas de Disney, con sus 67 personajes, se alejan de la ingenuidad: 38 encajarían en la clase alta, 11 en la clase trabajadora y tres 'pobres'. Este análisis realizado por investigadores de la Universidad de Duke, sobre representación de la pobreza y desigualdad en estos sutiles filmes infantiles, refleja una realidad.

En estas películas se entiende que ser pobre no es un gran problema, trabajar es algo que siempre te hace feliz y, si eres una buena persona (o guapa) además de ambiciosa, llegarás a ser rico, porque la clase alta siempre te hará un hueco. Mucho de cierto hay de esto en la sociedad liquida de hoy. ¿Las encuestas sobre la felicidad podrían resumir la complejidad de este constructo? Felicidad es una vivencia que podemos haber sentido en instantes pero su generalización a una comunidad es más que discutible.

No puede considerarse la felicidad sin hablar del bienestar, de la subjetividad, de los bienes materiales necesarios, y la pobreza, Todos ellos son constructos polisémicos, interpretables e interrelacionados. Más aún, cuando habitualmente, sobre todo en la encuestas y análisis economicistas, se reduce la felicidad a un hecho económico. Al menos, no deja de ser controvertido. El caso canario es buen ejemplo.

La economía asume que el bienestar material es una condición previa de bienestar (well-being) y felicidad y que los cambios de esta están estrecha y directamente relacionados con los cambios en el poder adquisitivo. Es algo más que curioso que los canarios, a pesar de nuestros índices de pobreza y desempleo, siempre ofrecen valores altos de felicidad en las encuestas al uso y estos se mantienen en el tiempo. ¿ No será propaganda del régimen?

Los canarios, según el Barómetro de la ilusión elaborado por Cofidis, junto con aragoneses y navarros, son los que han estado más felices durante 2016. De esta forma, el nivel de ilusión de las Islas Canarias supera en 10 puntos la media de las comunidades, que se sitúa en 57 sobre 100. Este año los canarios planean conseguir cinco proyectos, uno menos que el año pasado pero uno más que la media estatal. Hacer un viaje es el proyecto que más ilusiona a los canarios, casi seis de cada 10 aspiraban a hacerlo.

Otras tareas ilusionantes han sido las de hacer deporte, estudiar o formarse (37%), ayudar a un familiar o amigo (35%), tener más tiempo para disfrutar de los suyos (28%) y conocer a gente nueva y ampliar el círculo de amistades (21%). Otras encuestas en 2012 con otro indicador de la felicidad de la The New Economics Foundation se ofrece la esperanza de vida, percepción personal de satisfacción con la propia vida y huella ecológica. El Informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España sitúa a Canarias como la Comunidad Autónoma con el Happy Planet Index (HPI), es decir, el Indicador de la Felicidad del Planeta más alto del país. Que las personas que viven en las islas sean las que están más contentas de todo el país no es una cuestión de dinero.

Los estudios revisados por Luo Lu y Jian B. Shih (1997) concluyen que poseer riqueza material, guardarropa de moda, automóvil, electrodomésticos, casa con jardín, televisión, radio, libros, teléfono o teléfono celular, inciden positiva y significativamente sobre la felicidad o la satisfacción con la vida; en cambio nuevos estudios, encuentran que poseer bienes caros, comodidades en el hogar, teléfono o automóvil no tiene mayor incidencia sobre el bienestar subjetivo.

Otros estudios, Oropesa (1995) sostiene que la acumulación de bienes de consumo y la "pasión por lo nuevo" son dos fenómenos que están correlacionados positivamente con el bienestar subjetivo; Lu y Shih (1997) para quienes la posesión de satisfactores materiales se ubica en tercer lugar para la experiencia interna de felicidad, después de la necesidad de respeto y la armonía en las relaciones interpersonales.

No es tan sencillo hacer un análisis de la felicidad más allá del economicismo imperante y de sus componentes en relación con los comportamientos electorales.

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