El sábado pasado ardió una guagua de Global en las proximidades del aeropuerto de Gran Canaria. La pérdida de esa unidad demostró una vez más la escasa cintura de la compañía para atender imprevitos, aunque en no pocas ocasiones tampoco está a la altura ni en los previstos, ni en el día a día. Muchas horas después del incidente numerosos usuarios sufrían aún importantes retrasos en las paradas de las líneas entre el Sur y la capital. Otra más. Y el Cabildo de Gran Canaria ya podría echar una manita.