El tripartito del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria entra de lleno en la modernidad, en la denominada era de la posverdad, que es la del triunfo de la mentira. Contar a los periodistas que en la hoja de ruta del gobierno municipal no estuvo nunca la previsión de subir la factura del agua da vergüenza ajena. Fue el 27 de octubre de 2016 cuando el alcalde anunció una subida del agua a través de eufemismos como el de actualización, modernización o reestructuración tarifaria.