La Provincia - Diario de Las Palmas

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INVENTARIO DE PERPLEJIDADES

Rajoy y un señor de Murcia

En 1964 se estrenó en el Teatro de la Comedia de Madrid una comedia de Miguel Mihura titulada Ninette y un señor de Murcia. La obra trata sobre el viaje a París de un joven murciano llamado Andrés que habiendo heredado una tienda de objetos religiosos, quería experimentar en persona los placeres de la capital de Francia sobre los que tanto había oído hablar a un amigo suyo. Ya en la ciudad de la luz se hospeda en una pensión regida por un matrimonio de exiliados republicanos, Bernarda y Pedro, que tienen una hermosa hija llamada Ninette, de la que se enamora perdidamente al primer golpe de vista. Al poco tiempo, la pasión entre ambos se desborda y mantienen una relación sexual. Para Ninette se trata de un acto normal entre jóvenes que se atraen pero para Andrés, que viene de un país reprimido como es la España franquista, el suceso es una revelación sensacional. La comedia y su continuidad, Ninette, modas de París, que trata sobre el regreso a Murcia de la pareja y del matrimonio de exiliados, fue un éxito de público y de crítica. Tanto que de la obra se hicieron luego dos películas dirigidas respectivamente por Fernando Fernán Gómez y José Luis Garci, y una serie de ocho capítulos en televisión. Para muchos, Mihura fue sin duda alguna el comediógrafo de la dictadura de más calidad teatral y la mayor parte de sus obras (incluido el guion de Bienvenido Mr. Marshall) supieron reflejar el provincianismo y la pacatería dominantes en un país en el que las relaciones amorosas fuera del matrimonio estaban sometidas a estrecha vigilancia por los cancerberos de la moral. Ninette y un señor de Murcia pudiera ser también el antecedente necesario de otra obra todavía por escribir sobre el provincianismo político - Rajoy y un señor de Murcia- de la que estos días tenemos un serial en los medios de comunicación. Porque desde hace más de una semana vivimos pendientes de la posible dimisión del presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, del PP, por estar investigado (antes imputado) en el caso Auditorio por supuestos delitos de prevaricación, fraude, falsedad en documento oficial, y malversación de caudales públicos. El problema es que para asegurar la investidura de Rajoy como presidente de Gobierno, el PP firmó con Ciudadanos el compromiso de hacer dimitir a los cargos que fueran declarados formalmente como investigados por los jueces. En el señor Sánchez se da ese supuesto pero es que ademas hizo declaraciones prometiendo que dimitiría en caso de ser investigado. En cualquier otra democracia hubiera dimitido inmediatamente, pero no solo no lo ha hecho sino que su propio partido lo apoya alegando que hay que esperar al procesamiento definitivo y que hay que interpretar de manera diferente el compromiso firmado con Ciudadanos. Ahora falta por saber si C's preferirá anteponer su compromiso de gobierno en todo el Estado con Rajoy a su compromiso de gobierno con Sánchez en Murcia. La elección no tiene duda.

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