La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Juanjo Jiménez

LA MÁQUINA CHINA

Juanjo Jiménez

Un cuadro

Sepa usted que ayer y gracias a sus impuestos el exministro de Educación José Ignacio Wert ya tiene un cuadro que ayer fue colgado, el cuadro, que no el ministro, en la sede de este curioso ministerio.

Recordarán que el señor Wert fue de todos los ministros al que más fos se le ha hecho desde la historia de la Democracia.

Dejó una ley que ahora hay que revisar de arriba abajo, montó un IVA cultural que nos ha dejado viendo los callaos en la marea y luego salió estrepitosamente del ministerio -sin terminar mandato- para residenciarse en París a todo trapo como embajador, y dos ferrero rocher.

El trabajito pictórico fue realizado por un artista que ahora está de moda entre la jet-set, Rafael González Cidoncha, y que probablemente no conozca porque usted es una persona normal y que antes de encargar un selfi al óleo en pleno siglo XXI de 20.000 euros, pues termina de pagar hipoteca, los invierte en los estudios de sus hijos o arregla las goteras.

El resultado es un exministro con cara de persona importante arrepollinado en un tresillo rojo mirando de reojo. Como satisfecho de no haber pagado de su bolsillo los 20.000 euros.

Con estos precedentes lo que hay que preguntarse es el por qué los gobiernos, ministerios, y hasta cabildos y ayuntamientos siguen con una costumbre que data de cuando antes de la cámara de fotos. Se ve que en su momento para retratar a los políticos o personalidades en su conjunto, sin distinción de su lajerío o su honestidad, se colocaban sus caretos en pasillos y salones de sus instituciones. Era lógico, no existía ni el pen drive donde almacenar sus jetas, ni álbumes de primera comunión, y se recurría a este aparatoso procedimiento para ir acordándose entre ellos de quién la pifió primero.

De aquellas épocas nos comemos éstas, con retratos como el de la Familia Real, uy lo que he dicho, que llegan a los 300.000 euros pagados a Antonio López, cuando estamos en una situación en la que cualquier mínimo euro salva a un indígena de comer o vivir condenado en su jilorio, lo que permite deducir que este país, en su conjunto, es una nación que por muy bien que la pinten sigue hecha un cuadro.

Compartir el artículo

stats