La dopamina es uno de los neurotransmisores que utilizan las neuronas para comunicarse entre sí. Investigadores del MIT, liderados por el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica Robert Langer, han desarrollado el sensor más preciso hasta la fecha para la detección de los niveles de dopamina en el cerebro. Está formado por unos diminutos electrodos de carbono de tan sólo unas 100 micras de diámetro (una micra es la milésima parte de un milímetro).
El nuevo sensor abre un enorme abanico de posibilidades para tratar de entender el papel de la dopamina en el aprendizaje, la memoria y las emociones. También nos puede ayudar en la detección y tratamiento de desórdenes cerebrales como el párkison, ligados a niveles anormales de dopamina.
