Tengo la convicción, que comparto con muchas personas, de que, desde hace tiempo, la confianza de la ciudadanía en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria decae sin parar. Y la razón, o una de las razones, que motivan esta desconfianza es la escasa posibilidad de participar que el consistorio proporciona a los vecinos en los asuntos que les afectan.

Todos los políticos, sobre todo en tiempo electoral, repiten como un mantra esta palabra fantástica: participación. Y no tengo por qué dudar de que algunos la usen con sinceridad. Es posible que antes de asumir el cargo tengan la firme voluntad de dar soluciones reales a demandas concretas sobre problemas concretos de los vecinos. Es más, puede hasta que en el momento en que toman posesión de su cargo muchos se encuentren atrapados en una maraña burocrática que les haría imposible hacer eso que habían prometido, corporeizar estas palabras mágicas: participación ciudadana.

Sea como fuere, lo cierto es que, ya sea por falta de imaginación o por falta de voluntad, los cauces para la participación ciudadana del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria no son nada innovadores: si un vecino, pongamos por caso, desea participar en la toma de decisiones que afectan a su barrio, o incluso quiere proponer un asunto que hasta entonces ni se ha planteado, la principal forma que tiene de hacerlo es presencial, bien en las reuniones de los consejos de participación ciudadana, bien en las juntas de distrito. Para ello, por tanto, es necesario un nivel de implicación muy alto, y una gran disponibilidad de tiempo, lo que, obviamente, no está al alcance de la mayoría -de más está decir que un grupo reducido de vecinos de un barrio puede no representar el sentir de la mayoría de los vecinos de ese barrio. - Como consecuencia, la participación ciudadana en los asuntos que se dirimen en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria roza la insignificancia.

Por razones que no alcanzo a comprender, en la Era Digital, esto es, en la nuestra, la Concejalía de Barrios y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Las Palmas carece de perfiles en las redes sociales, blog o una web específicos para promover la participación ciudadana. De este modo, la Concejalía ni da a conocer en términos fácilmente accesibles para todo el mundo los proyectos que el consistorio tiene previsto emprender en un barrio concreto y, ni mucho menos, da opciones de participación en red -no hay excusas para que no existan- para que cualquier vecino pueda opinar y valorar sobre lo que se pretende hacer en su barrio.

El desinterés, si no desprecio, que la Concejalía de Barrios y Participación Ciudadana muestra con estas herramientas que le aportarían información valiosísima y medible sobre lo que opinan los vecinos acerca de los asuntos municipales es, cuanto menos, preocupante.

Es verdad que hay una web municipal, www.tudecides.laspalmasgc.es, que en principio fue construida para dar a los vecinos la posibilidad de trasmitir opiniones sobre la mejora de la ciudad. Hace poco entré en ella: sólo había 96 aportaciones. Después intenté averiguar a través de la institución municipal cuántas se habían materializado. Solo recibí la callada por respuesta. Desmotiva muchísimo a esa activa minoría ver como no se hace nada con sus aportaciones.

Por lo demás, tengo que decir que, si en el primer año del actual mandato municipal costaba seguir el ritmo de las asambleas de concejales con los vecinos -de tantas como se hacían-, en este último prácticamente han desaparecido. Y mucho me temo que pocas, muy pocas, de las demandas que se realizaron en años anteriores se han tomado en cuenta. Pongo un ejemplo que experimenté en primera persona: en el primer año de mandato, cuando se ejecutaban las obras de la Plaza Manuel Becerra, muchos vecinos de La Isleta pedimos que no se erradicara una zona verde como ésta en un barrio como el nuestro que casi no tiene zonas verdes. Desde el Ayuntamiento se nos dijo primero que la obra estaba en marcha y que esperásemos a que concluyera para plantear nuestras reclamaciones -mientras veíamos con tristeza como se arrancaban árboles y plantas-. Concluidas las obras volvimos a plantear la urgencia de que se plantasen árboles y vegetales en general. Todavía estamos esperando la respuesta.

Antes de escribir este artículo, envié un correo a la Concejalía de Barrios y Participación Ciudadana para transmitir las inquietudes que he expuesto en él, para saber si se está trabajando en ella para resolver estos problemas y, si fuera así, escuchar, y, hasta intentar comprender, las dificultades que existen para enfrentarlos. Todavía estoy esperando la respuesta.

Jonatan Ortega Socorro. Conoce La Isleta