El pasado 27 de marzo se cumplieron los 40 años del mayor desastre de la aviación comercial a nivel mundial, ocurrido en el aeropuerto tinerfeño de Los Rodeos, debido al choque de dos Jumbos que habían sido desviados desde el aeropuerto de Gran Canaria, por la explosión de una bomba en su terminal, colocada en una floristería por el Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (Mpaiac), obra del abogado laboralista tinerfeño Cubillo.
Por lo que toca al Puerto de La Luz hay dos hechos a resaltar con este caso que han pasado desapercibidos en la citada conmemoración en los medios informativos que costó la vida a 583 personas. En primer lugar, en nuestro recinto había un crucero de nombre Golden Odyssey, de la compañía Royal Cruises, que esperaba atracado la llegada de 378 turistas americanos que volaron en un principio desde California a Gran Canaria a bordo de un avión de la Pan Am que fue desviado a Tenerife por el citado atentado y que pretendían iniciar en esta Isla un viaje de placer, quedando el mencionado barco esperando por estos pasajeros que nunca más llegaron.
De otra parte, el Puerto de Las Palmas, a través del muelle de Santa Catalina, se convirtió en el "aeropuerto" de Tenerife por varios días al establecerse un puente marítimo acelerado entre nuestra capital y Santa Cruz a través de la pareja de buques-ferries de Trasmediterránea el Villa de Agaete y Ciudad de La Laguna, toda vez que Los Rodeos se había quedado inoperativo por el citado accidente de los Jumbos. Así todos los pasajeros que viajaban a Tenerife desde cualquier lugar del mundo tenían que pasar por Gran Canaria y viceversa, y los que pretendían salir desde la vecina isla en avión habrían de pasar por esta ciudad para continuar a nuestro aeropuerto en autobús. Son recuerdos de una gran tragedia que también tuvo por protagonista a la bahía de Las Isletas.
