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Juanjo Jiménez

LA MÁQUINA CHINA

Juanjo Jiménez

Mucho por decir

En términos generales las personas de a pie solemos ser crueles con los políticos. Se nos maja un ñame por caída doméstica de maceta, por poner un ejemplo práctico, y la culpa la tiene un político, a elegir. Sin caer en la dificultad de su trabajo y sin empatizar con sus especiales cualidades para afrontar una tarea tan descomunal, que es la de ponerse detrás de un atril cuando están en campaña y hablar.

De lo que sea, pero a hablar, y sin que se te ruede la peluca. Uno de los momentos más ilustrativos de la banalidad discursiva tiene que ver con el candidato en gira nacional, que repite su guineo pero contextualizando en la región, comunidad, barranco, loma o draguillo en el que se encuentre.

Aquí es donde reluce esa peculiaridad neuronal de nuestros protagonistas y las antagónicas contradicciones a las que pueden llegar sin mayor menoscabo de su tino y temple.

El último caso, tomado a boleo y sin acritud, es el de Susana Díaz, que se vino por aquí a convencer a los miembros de su partido de que es ella y no otros dos la adecuada para la secretaría general de su formación.

Díaz arrojó un titular: "Los canarios y andaluces saben lo que cuestan las cosas". Luego los gallegos, no. Y los inuit canadienses mucho menos porque se trata de una cualidad única de canarios y andaluces porque vivimos "al sur del sur". Con lo cual en Ghana, que está más abajo aún tienen un máster en este aspecto, cuyo cum laude se situaría ya en latitudes de Namibia, Botsuana, Sudáfrica y alrededores.

Otros elementos de la retórica son más informativos: "Un alumno en Canarias merece la misma oportunidad que uno que estudia en Tarragona", que es algo que no imaginaron nunca en Tarragona; y otros pensamientos entran en el capítulo de los deseos: "Que una persona de Candelaria reciba la misma atención de calidad en un hospital que una paciente de Lugo", aunque sin presentar una partida presupuestaria para pagarnos el viaje sanitario a Lugo.

Y así hasta el infinito. Ella lo anunció por si quedaban dudas: "Tras 140 años de historia, al Partido Socialista Obrero Español aún le queda mucho por decir". Pues mándele.

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