Gracias por su atención. Ani Oramas y los compañeros de CC han hecho un trabajo muy importante en la conformación de un cuadro presupuestario estatal que comienza a devolver lo recortado a Canarias durante años de autoritarismo popular.

Pero, desde mi punto de vista, en esa composición restan aún algunos puntos relevantes que conviene sumar en la tramitación parlamentaria con el empuje del nacionalismo canario.

Primero. Justicia en la asignación de recursos para desalación de agua. No puede ser que Canarias, con casi 15 veces más habitantes que Ceuta y Melilla reciba para sus desaladoras de abasto público apenas el 25%. Y que además allí la dotación llegue vía transferencia nominada y en Canarias por una convocatoria de subvenciones: reparten dádivas. Ahora que nos necesitan hay que exigirles recursos nominados, suficientes y permanentes.

Segundo. Hay que garantizar la dotación nominada de financiación para obras como el eje viario Norte-Sur de Fuerteventura. ¿Por qué sí aparecen las obras de Tenerife y Gran Canaria? Los majoreros y nuestros visitantes necesitamos al menos la financiación suficiente para poder licitar las obras en los tramos más avanzados.

Tercero. No hemos olvidado que en 2009 se eliminó la dotación para el proyecto del nuevo muelle del Estado en Fuerteventura, en La Hondura. Esta es una demanda histórica, consensuada por todas las instituciones y que la Autoridad Portuaria de Las Palmas ha ido postergando con la connivencia del ministerio de turno. Ahora es el momento de recuperar financiación nominada para el proyecto en los Presupuestos Generales del Estado. De la mano debería ir la financiación para la seguridad del muelle de Lobos, que pese a su escasa cuantía sigue siendo olvidada.

Cuarto. Hay que garantizar de una vez por todas inversiones de calidad en el aeropuerto de Fuerteventura, y entiendo que en los del resto de las Islas. No puede ser que se elimine el servicio de urgencias médicas y se sustituya por un botiquín encargado a una ETT que funciona por horas. No podemos permitir que se precaricen a los trabajadores del aeropuerto en una espiral sin fin con la complicidad de AENA y Fomento. Y mientras, el aeropuerto batiendo récords de actividad y generando decenas de millones de euros de beneficios.

Quinto. Hay que recuperar la pista de incidencias. Seguimos sin entender cómo una inversión que ya existía en el aeropuerto se borra y desaparece sin más, limitando de esta manera la operatividad y la seguridad.

Sexto. Al margen de los presupuestos, tenemos la oportunidad de hacer palanca nacionalista en Madrid y tumbar de una vez esa dinámica privatizadora de la gestión de los aeropuertos y, al mismo tiempo, dar cabida a la representación de las instituciones canarias en la toma de decisiones.

Podría seguir, pero vayamos a algunos apuntes sobre los recientes cuadros parlamentarios canarios.

Uno. ¿Cabe una ley para restaurar los barrancos de Güímar? Pues seamos más ambiciosos y planteemos también la restauración ambiental del SAU 8 de El Cotillo, por ejemplo, eliminando cualquier posibilidad de desarrollo futuro.

Dos. Es inadmisible que con un 100% de ocupación turística y los precios subiendo, se subcontrate, precarice y hasta degrade profesionalmente a los trabajadores del sector por determinadas empresas. Inspección, sanciones y contundencia. Ya. Hoy.

Tres. La pica agrícola tiene que desaparecer sí o sí. Tenemos que plantear soluciones inmediatas, aunque sólo sea por una cuestión de coherencia.

Cuatro. Las instituciones de las denominadas islas verdes tienen todo el derecho del mundo a elegir su propio modelo turístico. Y en esa línea local debemos trabajar en el alquiler vacacional: diferenciar por zonas e islas turísticas en coordinación con los ayuntamientos y cabildos. No se puede homogeneizar ni permitir que se degrade. Y, por supuesto, orientar la actividad más hacia la socialización de los beneficios, asegurar la clara diferenciación del turismo rural y garantizar la máxima eficacia fiscal.

Cinco. El acoso y el abandono escolar son dos de los retos más importantes y urgentes que tenemos en el ámbito educativo. El empujón o la burla abusona, permisiva y cobarde, es el primer paso. Pero hay que reaccionar y actuar desde ese gesto. Luego será mucho más duro y difícil.

Seis. La experiencia indica que el abandono escolar suele estar asociado a entornos humildes, con escasa formación y sujetos a la tentación del bloque rápido y el GTI en la puerta. El abandono escolar reproduce pobreza y precariedad. Hay que diversificar y agilizar la oferta formativa. Primar la cualificación en la contratación. Y ayudar a las familias con mucha formación.

Bien, vayamos a los cuadros accesorios.

Durante estos días hemos venido tratando en el Parlamento cuestiones muy importantes para las Islas y sus ciudadanos.

Sin embargo, lo que más ha llamado la atención de la prensa nacional es una vieja polémica en torno a qué hacer con los cuadros ubicados en la trasera de la Presidencia del salón de Plenos. Reflejan la entrega de unas niñas aborígenes a unos conquistadores en el siglo XV, se supone que como garantía de fidelidad del pueblo sometido por las armas. Se pintaron en el siglo XX.

No es una cuestión urgente, ni reciente, ni importante para Canarias. De hecho desde hace un año no se ha movido nada al respecto. Pero es ahora cuando ha llamado la atención de los medios de comunicación. El País le dedicó dos páginas durante días sucesivos, Telecinco y TVE dieron cuenta en sus informativos y hasta Pérez Reverte se hizo eco en Twitter. Luego el tema rebotó a Canarias y durante días se ha escrito y opinado mucho? Repito, un año después de que se planteara.

Este jueves aportó su opinión Guillermo García-Alcalde y el viernes Alfonso González Jerez.

Si me lo permiten, ahora lo haré yo. No a través de interpretaciones, sino directamente.

Me consta que desde los años 80 se ha venido tratando y me han dicho que, entre otros, por Lorenzo Olarte.

En mayo de 2016 volvió retomarse la cuestión de los cuadros durante el debate pedido por el PP sobre el traslado de los restos de Fernando Guanarteme a Gran Canaria (cinco siglos después de su enterramiento en Tenerife) a través de la intervención de Luis Campos.

Me hice eco del tema y presenté un escrito proponiendo a la Presidencia del Parlamento que, en el marco de un acuerdo de colaboración que existía con la Academia de Bellas Artes, los especialistas estudiaran el posible traslado de los cuadros.

Un mes más tarde la Academia aportó su informe. Indica que las pinturas forman parte del edificio y plantea como alternativa cubrirlas durante la celebración de los plenos. Añade que en el Parlamento de Andalucía se ha optado por esta solución desde hace años. Allí un retablo del siglo XV se tapa con un repostero durante la celebración de los plenos, y se descubre durante el resto del tiempo para que lo pueda observar quien quiera.

La solución que planteó la Academia no me pareció mala.

Personalmente apostaba por su traslado, dado que se trata de unas pinturas de comienzos del siglo XX, instaladas en el salón cuando el edificio original dejó de ser recinto de formación musical y comenzó a acoger las reuniones de la Diputación Provincial. Reflejan una interpretación idealizada del siglo XX sobre un hecho que sucedió en el siglo XV. Y que, me atrevo a opinar, en realidad debió ser todo menos lo bucólico y romántico que plantea el pintor.

Pero entiendo que el conjunto está declarado BIC, debe respetarse. Vayamos pues a la solución andaluza que plantea la Academia de Bellas Artes.

Recuerdo que nunca he hablado ni de godos, ni de independencia, ni de humillación al pueblo aborigen, ni de mestizaje, ni de africanos o europeos. Sólo he hablado de unas niñas entregadas a un pueblo conquistador como garantía política y de sometimiento. Luego columnistas y opinadores de todo tipo han querido interpretar mis acciones en su propia clave. Ellos sabrán por qué. Es su subconsciente.

Eso sí, recuerdo que no hay que salir de Tenerife para ver cómo muy recientemente se suspendió la vigencia de un BIC para derrumbar un "monumento conmemorativo" también del siglo XX y, ese sí, reflejaba un hecho histórico, no era una interpretación (aclaro que yo habría ido con la picareta a echarlo abajo si me hubieran avisado).