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Javier Durán

RESETEANDO

Javier Durán

El exministro, la Virgen y el TS

Participamos en el imán de todos los imanes, uno de los grandes inventos del siglo XXI destinado a demostrar la viabilidad de la energía de la fusión nuclear. Pero ojo, hemos impuesto desde el Ministerio del Interior la Medalla de Oro del Mérito Policial a la Virgen del Amor, en una transustanciación entre lo laico y lo religioso. El Estado y su BOC tomados por la veneración mariana. ¡Hay que joderse! El exministro Fernández Díaz, que no es de este mundo, condecoró a la imagen en un acto de derivación mística cuya explicación sólo puede estar en la supuesta capacidad santa para frenar una bala, digo yo. Este expediente del PP más vocacional y guerrillero de la cruz colea desde hace un par de años por los tribunales como un Savonarola perdido en un centro comercial, hasta que el Supremo ha hecho caso a Europa Laica y ha admitido a trámite un recurso por la decisión honorífica. Volvemos, por tanto, a la España negra: un alto tribunal dedicado a esclarecer si la fervorosa creencia es motivo suficiente para distinguir con un mérito civil a un ídolo religioso. ¿Ustedes qué opinan? Todo esto es muy de Buñuel, que desde su Aragón entre ceja y ceja raspaba para sus películas la animalada nacional. Y ninguna mejor que un ministro que sella un compromiso con el más allá para homenajear a su Virgen preferida con la misma medalla que reciben los agentes que se dejan la piel para detener a un narco o para salvar a un niño indefenso. Me pregunto cómo este disparate ha logrado llegar hasta el Supremo, y por qué los letrados del Estado han tenido que defender semejante pulsión católica ante el jurado correspondiente. Todo sea para que de una vez por todas se le diga al promotor que recapacite y haga lo que hacen muchos: una peregrinación descalzo o de rodillas para pagar su respetable promesa. Esperemos al tribunal de Dios, perdón, de los togados.

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