Querido amigo, la otra noche soñé que estaba jugando al fútbol y, de repente, me encontré con quince años defendiendo la portería del Unión Telde, tal como hacía en aquellos tiempos. Era un jugada de gol y el balón casi estaba entrando en mi portería en medio de una maraña de defensas y delanteros, pero dio en el poste y lo devolvió justo donde estaba un delantero del Tenerife para fusilarme con un chute a quemarropa. Pero yo me lancé a la desesperada con las botas por delante, apurando las últimas fuerzas que me quedaban.
Y tanto que me lancé, porque me caí de la cama arrastrando conmigo sábanas y manta junto con los libros y el despertador que tengo en la mesilla de noche.
Armé tal escándalo que mi mujer dio un salto en la cama del susto, y la perra se puso a ladrar como si acabara de ver a un fantasma, mientras yo, tirado malamente en el suelo y enredado entre las sábanas, decía: "No pasa nada, estaba jugando al fútbol..."
Luego volvimos a meternos en la cama y al rato nos entró una de esas risas flojas de las que no puedes parar... Eran ya las tres de la mañana, y nos costó casi media hora volvernos a dormir.
Dicen que los sueños suelen ser premoniciones. A ver si este sueño quiere decir que el Tenerife va a ascender y lo vamos a tener en primera división la próxima temporada. Pues ya tenemos con quién perder, Gregorio, porque tanto el CB Canarias como el CD Tenerife nos tienen cogida la medida.
Si consiguen volver a primera, son capaces de llevarse a Prince Boateng al "Tete" y hasta de resucitar a Jorge Valdano. Y si no, al tiempo.
Todo sea por bien del espectáculo. Yo ya me veo cogiendo el ferry a Tenerife para ver el derbi, así que mejor vamos alquilando un apartamento en Las Teresitas...
Los sueños pueden ser tan reales que, de seguir con mis partidos nocturnos, no me extrañaría levantarme con agujetas. Voy a decirle a mi mujer que me cambie el pijama por el equipaje, aunque tendré que dormir con botas, guantes y rodilleras.
Quién te dice a ti que, con el tiempo, no vayamos a poder hacer gimnasia en sueños. También podríamos soñar con comer y beber hasta saciarnos sin engordar y, además, nos saldría gratis.
También se dice que soñar no cuesta nada pero todos sabemos lo que cuesta que te cojan dormido. Lo digo porque las compañías aéreas ya no tienen tarifas nocturnas como antes, aquellas que te permitían volar durmiendo y de forma más económica. Ahora, si te cogen dormido, te cobran hasta cinco veces más por ir sentado junto a otro pasajero que no ha tenido el infortunio de viajar por necesidad.
Si Nueva Canaria ha negociado bien, pronto tendremos un descuento del 75% en los viajes, pero ya verás cómo subirán los precios y todo se queda igual.
Vamos a tener que aprender a dormir con un ojo abierto, Gregorio.
Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.
