LA PROVINCIA del sábado 22 de junio de 2002 informaba de que la UD Las Palmas había iniciado una nueva etapa de su historia: lograba evitar su desaparición gracias a la decisiva intervención del Cabildo de Gran Canaria, del Gobierno regional y de los antiguos accionistas. Un nuevo consejo formado por jóvenes especialistas en gestión de empresas se hacía cargo de los destinos del club. Los nuevos gestores dirigirían un proceso de transición que caminase hacia un nuevo modelo de entidad.